Han pasado seis meses desde que el huracán “John” golpeó la capital del estado de Guerrero y las historias de damnificados que no han recibido ningún tipo de apoyo, siguen saliendo a la luz.
Tal es el caso de doña Maura Isidor Navarrete, una mujer de 79 años cuya vida dio un giro trágico cuando la fuerza de la naturaleza le arrebató su única fuente de ingresos.
Doña Maura se mantenía de una granja de borregos y gallinas, ubicada en la entrada de la colonia Real del Valle, en los márgenes del Río Huacapa, pero tras el paso del huracán su granja quedó sepultada bajo toneladas de lodo y escombros.
La afectada, relató que en cuestión de horas, una gran montaña de lodo acabó con más de 40 borregos, gallinas ponedoras y dos becerros, que eran su fuente de ingresos de más de 15 años de trabajo que inició tras la muerte de su esposo.
Entre lágrimas, la señora Maura señaló que “mis animales eran como mi familia, a veces pienso que mejor me hubiera muerto con ellos para no andar sufriendo”.
Hoy, seis meses después del paso del huracán, apenas sobrevive con la producción de un solo queso, que obtiene de ordeñar unas vacas a las que cuida.
Además de esas vacas, cuenta con dos borregos, uno que le sobrevivió de los 40 que tenía y uno más que le fue regalado, además de unas cuantas galletas ponedoras que le fueron prestadas.
Aunado a esto y su avanzada edad, su movilidad para seguir trabajando se ha visto afectada por una lesión en la rodilla, lo que dificulta aún más su día a día.
A pesar de la tragedia y toda la odisea que tuvo que vivir durante el huracán, doña Maura no ha sido censada en ningún programa de apoyo para limpieza, reconstrucción, enseres domésticos o reposición de su ganado.
Informó que con ayuda de su entenado, quien es el que está al pendiente de ella, ha acudido con personas a solicitar apoyos, pero únicamente le piden documentos con la promesa de gestionarlos, sin que haya tenido éxito alguno.
En su casa, al exterior se puede apreciar como sigue llena de escombros y lodo que subió aproximadamente un metro y medio y las marcas del agua, que subió otro metro y medio más.
Pensar en la siguiente temporada de lluvias para doña Maura, es difícil, pues vive con el temor constante de que nuevamente le vuelva a suceder lo mismo.
Finalmente, expresó que, ojalá su caso llegue a oídos de la gobernadora, Evelyn Salgado Pineda y al delegado de los Programas Federales del Bienestar, Iván Hernández Díaz y de esta manera pueda recuperar un poco de todo lo que perdió.