Un año después del devastador huracán Otis que azotó el puerto de Acapulco el 24 de octubre de 2023, la ciudad ha logrado un avance significativo en su proceso de reconstrucción, alcanzando un 70% de progreso en las zonas Tradicional y Dorada.
Sin embargo, aún queda mucho por hacer, especialmente en el área del Acapulco Diamante, donde los daños fueron particularmente graves en la infraestructuras hoteleras, restauranteras y de viviendas.
De acuerdo a Alfredo Felipe Avilés, quien es presidente del Colegio de Ingenieros Arquitectos en el estado de Guerrero, la falta de supervisión del ayuntamiento sobre los materiales de construcción utilizados en las edificaciones es una preocupación constante.
“Acapulco se encuentra en un 70 por ciento, sabemos que lo que es la zona tradicional, lo que es la zona dorada, están prácticamente ya reconstruidas. Lo que hace falta es la zona diamante, pues como todos sabemos es una zona que sufrió afectaciones más severas”, dijo.
Los dueños de las propiedades están construyendo sin considerar la resistencia a futuros desastres naturales, lo que podría generar problemas en un futuro.
“Nosotros como constructores vemos que no hay una supervisión por parte de los directores responsables de obras y prácticamente el propietario, está construyendo a su conciencia, pero no hay una supervisión que les digan qué tipos de material se deben utilizar en ciertos edificios para pueda resistir el embate de los fenómenos que nos han afectado últimamente”, señaló.
La reconstrucción de Acapulco es un proceso complejo que requiere la colaboración de diversas entidades y la participación activa de la ciudadanía en general.
Ante esta situación, Alfredo Felipe Avilés recalcó que es fundamental garantizar que las nuevas construcciones sean seguras y resistentes a los desastres naturales, para proteger la vida y el patrimonio de los habitantes de este destino de playa.