Jesús Saavedra

 Por desacuerdos entre líderes del crimen organizado respecto a una distribución de territorios, los obispos católicos en Guerrero no pudieron lograr una “tregua” que acabara con la violencia en nuestra entidad, aseveró el obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, José de Jesús González Hernández.

El prelado católico también manifestó la preocupación que tienen los obispos de Guerrero, pues con la contienda electoral en marcha temen que la violencia y los asesinados se desborden y provoquen un “estallido social”.

Este miércoles de ceniza que marca el inicio de la conmemoración de la Cuaresma o Semana Santa, ofició una misa en la catedral de La Asunción en Chilpancingo y al concluir ofreció unas declaraciones a reporteros.

Recordó que a finales de junio del año pasado los obispos de Ciudad Altamirano, Joel Ocampo Gorostieta; de Tlapa, Dagoberto Sosa Arriaga; el arzobispo de Acapulco, Leopoldo González González; el obispo emérito, Salvador Rangel Mendoza y él acudieron al Vaticano a una audiencia privada con el Papa, Francisco a quien le entregaron un diagnóstico de la violencia que estaba viviendo Guerrero.

Explicó que en ese encuentro el Papa, Francisco les recordó que ante circunstancias difíciles el pueblo de México “ha sabido superar dificultades y que nos pone de ejemplo a seguir en otros países del mundo” y que les pidió seguir “tejiendo la paz y que la busquemos como artesanos de paz, que no seamos indiferentes, estar con los más pobres, los más perjudicados, con las víctimas de la violencia porque hay mucho dolor”.

José de Jesús González Hernández dijo que los obispos de Guerrero han hecho el intento de buscar esa paz, “empezamos a buscar diálogos con jefes (del crimen organizado) que pueden darnos la paz, pero todavía se mueven intereses en el corazón y en la cabecita de cada uno y no se logró, no nos detendremos en seguir los espacios de diálogos”.

Detalló que esos diálogos los buscaron por separado los obispos de Guerrero que él de forma particular los tuvo con líderes de grupos de la Tierra Caliente y de la Sierra, “dialogamos por separado”.

Abundó que no se pudo acordar una tregua entre los líderes criminales por “la avaricia, la ambición, la ambición de tener; ambicionan el dinero, ambicionan el poder, ambicionan territorios, ambicionan los cobros, ambicionan un afán de dinero, un afán de poder y no pudimos; ellos pedían una tregua con sus condiciones, pero esas condiciones no fueron de agrado de alguno de los participantes”.

Señaló que esas condiciones que no fueron del agrado de alguno de los participantes fue “el territorio” y de su división “no los sueltan, les ha costado vidas, les ha costado trabajo, les ha costado dizque ganárselos (los territorios) y no los sueltan, tenemos que buscar otras maneras de buscar otra mediación”.

Dijo que el “gobierno tiene la solución y quisiéramos que no se corrompa y que puedan mediar, ellos tienen el poder, tienen los recursos, tienen los medios y ellos pudieran mediar, pero parece que nos han dejado”.

El obispo subrayó que seguirán buscando una alternativa de solución para tener paz y acabar con la violencia, “tendremos que seguir con estrategias para llegar al corazón y al cambio de mentalidad”.

Señaló que la violencia ya alcanzó a la fe católica, “nos han matado ministros de la comunión, nos han matado presidentes de la oración nocturna, nos han matado papás de acólitos, ya nos están tocando a nuestra gente, nuestros fieles, mayordomos, comisarios que sirven a la iglesia y a la comunidad, no podemos cruzarnos de brazos, nos da pena y tristeza que gente inocente esté siendo asesinada, no se puede más”.

González Hernández aceptó que en este contexto de elecciones la violencia se pueda recrudecer, “los obispos tenemos ese temor de que se recrudezca y vaya a haber un conflicto social, vaya a haber más muertes, que no las queremos; si tenemos ese temor de que se recrudezca con las elecciones”.

Por ello hizo un llamado a las autoridades, “que no se hagan a un lado, que le entren, porque ellos pueden, el gobierno puede y les llamaríamos que ejerzan todo su conocimiento, su poder, toda su sabiduría y sus recursos para que dialoguen y pueda haber la tregua y pueda haber paz para las elecciones”.

Criticó que se diga “que se busca la paz y no se ve, que se buscan mejores condiciones y no las tenemos, entonces hay mentira y falsedad, por eso el llamado es a ser íntegros y verdaderos; pero hay falsedad porque vemos que está llenó del Ejército y delincuentes tan fácil que llegan y liquidan y se van, es una vergüenza, es penoso, da pena”.

A los habitantes de Chilpancingo les pidió “que no se les pierda la alegría por favor, que no se les pierda su salud, que no se enfermen, que nos curemos unos a otros y no que nos enfermemos unos a otros; no podemos negar la realidad que se vive, pero la debemos superar con optimismo, con alegría, con entusiasmo, con entrega, amor, rectitud, con esperanza. Los habitantes de Chilpancingo tienen un corazón indómito, que no se deja dominar, son resistentes y seguir luchando por el bien de todos, somos más los que estamos a favor de la paz, de la salud, de la unidad y la vida, que los mínimos que nos la están quitando”, finalizó.