Alexis Blancas
Después de la contingencia ocasionada por el huracán “Otis”, el cual golpeó con fuerza al puerto de Acapulco y municipios cercanos, el restaurante “La Parrilla” de Chilpancingo, que fundara la señora Navidad Vázquez Casarrubias desde el año 1984, otorga hospedería diaria a algunas familias y personas damnificadas que se acerquen y pidan la ayuda.
Olga Molina Vázquez, administradora del lugar, señaló que la idea de brindar este apoyo surgió días después del huracán, pues se acercaban personas a preguntar sobre en donde conseguir un hotel o alguno lugar en donde pasar la noche, ya que los cercanos al centro de la ciudad y el mercado se encontraban completamente saturados.
Por lo que al ver esta necesidad decidieron medianamente acondicionar un espacio el cual rentan como salón de fiestas, con colchonetas, para que la persona que tuviera la necesidad de pasar una noche en ese lugar pudiera hacerlo sin problema, además de que dentro del restaurante tienen otras dos recamaras amuebladas que también están siendo utilizadas.
Declaró que son aproximadamente espacio para unas 12 personas a las que les permiten bañarse, cargar sus celulares, dormir y cuando se puede hasta un plato de comida les ofrecen.
Expresó que no consideran que sea un albergue como tal, pues las personas no son las mismas todos los días, van cambiando y en ocasiones son más o son menos, sin embargo, no les niegan el acceso a personas que ya estuvieron anteriormente, con gusto los siguen recibiendo siempre y cuando tengan espacio.
Indicó que poco a poco de esta acción se fue corriendo la voz y en la noche de entre las 8:30 a 10:00 los inquilinos comienzan a llegar y pedir que los dejen dormir ahí, además de que ante la satisfacción de hacerlo y poder ayudar a más personas, publicaron esta acción en su cuenta de Facebook y amigos y personas de la sociedad civil llegaron a sus instalaciones con productos de limpieza e higiene personal, para que así los inquilinos pudieran estar más cómodos.
Y es así como han ido solventando esta ayuda, pues si el gobierno municipal o estatal saben que están ayudando de esta manera a ellos no les consta, pero al menos hasta ahora no han recibido un llamado por ninguno de ellos para apoyarlos también.
A decir de los damnificados, se sienten muy agradecidos con este lugar que desde que ingresan los tratan de la mejor manera, a pesar de no conocerlos y quizás tener desconfianza, los han recibido con los brazos abiertos.
Algunos indicaron que tuvieron que viajar del puerto en busca de comida, bebida y fuente de empleo temporal, además de seguridad, ya que hasta ahora, por las noches Acapulco se convierte en un lugar sin ley en donde puede pasar de todo.