Alexis Blancas

Treinta y seis horas después de que ‘Otis’ impactó Acapulco como huracán categoría 5 y vientos sostenidos de 270 kilómetros por hora, el puerto sigue incomunicado y devastado.

Durante un recorrido realizado por la zona Diamante del puerto, porque fue imposible ingresar a la Costera y a la zona Tradicional, por la rehabilitación de luz eléctrica y limpia de los destrozos con ayuda de maquinaria, se pudo observar un Acapulco reducido a escombros.

En la mañana de este jueves partimos desde Chilpancingo rumbo al puerto con la intención de informar sobre la situación a casi dos días de la devastación que provocó el huracán.

Al llegar a caseta de La Venta se hizo lenta porque aún se había elementos de la Guardia Nacional y maquinaria de la Comisión de Infraestructura, Carretera y Aeroportuaria del Estado de Guerrero (CICAEG) limpiando el escombro y lodazal que dejó el desbordamiento del Rio Papagayo en esa zona.

En El Paso Limonero no había paso y eso impidió la llegada a la Costera por esa vía, por lo que tuvimos que retornar hacia el viaducto Diamante para ingresar por esa zona.

Unos kilómetros antes de llegar a la zona diamante, en la carretera había árboles caídos, una inundación de al menos 60 centímetros de alto en un rango de unos 200 metros de carretera, lo que provocaba más lenta la llegada, y desde ahí ya comenzábamos a sentir que las cosas estarían peor al llegar a nuestro destino.

Metros más adelante nos pudimos encontrar dos tráileres de la empresa Bimbo completamente volcados, los cuales iban llenos con mercancía, pero los habitantes de los pueblos aledaños y del puerto ya los habían vaciado.

Al llegar a la zona diamante asombró el desastre que género ‘Otis’: restaurantes completamente destruidos, estructuras de anuncios espectaculares caídos, postes de luz con cables de alta tensión tirados sobre las calles, autobuses, camionetas y vehículos pequeños descompuestos y con los cristales rotos.

Decenas de personas caminaban por las calles en busca de sus familiares, ya que desde el martes se perdió la luz eléctrica y la comunicación telefónica, y lo único que sabían hasta antes del huracán es que estaban hospedados por esa zona, por lo que comenzaron con su búsqueda.

En la zona de hoteles y condominios cercanos a la playa el panorama es aún más desolador: las paredes de los grandes hoteles y condominios de veintitantos pisos se encontraban en la calle, y desde ahí podíamos observar el interior de esos edificios.

Además de los escombros, había más vehículos, colchones, camastros, sillas, mesas, sillones, que volaron desde las habitaciones de hoteles y condominios.

La sorpresa más grande fue al entrar a uno de los condominios, después de unos minutos de estar inspeccionando el área y recabando información gráfica, una pareja de adultos mayores que salió de una de las habitaciones del segundo piso nos preguntó que si éramos de Protección Civil, a lo cual respondimos que no, que solo éramos reporteros.

Relataron que desde el paso del huracán han estado en su habitación y solo han salido para poder conseguir agua y comida Los demás habitantes de ese edificio cuando pudieron salieron, pero ellos no podían hacerlo porque su vehículo estaba atorado en el estacionamiento y hasta ese momento ninguna autoridad ni elementos de rescate se habían acercado a esa zona para ayudarlos.

Más habitantes de condominios vecinos expresaron que dos días después del impacto de ‘Otis’, no se han acercado autoridades a inspeccionar el área para ver si aún hay personas atrapadas u que requieran ayuda.

Seguimos nuestro trayecto con intención de llegar a la Costera, pero fue imposible porque trabajadores de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) se encontraban tratando de restaurar la energía eléctrica y bloquearon el paso de vehículos.

Hasta ahora, el puerto de Acapulco está destrozado, como si se tratara de una zona de guerra o escena de película de ciencia ficción.