• Rafael López revela que tras recibir el disparo en la cabeza, aquella tarde en Lomas Taurinas, una parte del cráneo del político sonorense quedó en el lugar y no llegó vivo al hospital    

Josefina Aguilar 

La investigación por el asesinato de Luis Donaldo Colosio Murrieta está llena de “falsedades, mucha mentira, trampa”, afirmó Rafael López, exescolta del entonces candidato a la Presidencia de la República, asesinado el 23 de marzo de 1994, quien propuso que se reabra el caso.

Al asistir este jueves a la conmemoración del 29 aniversario luctuoso de quien fuera su jefe, el exescolta de político sonorense asesinado en Lomas Taurinas, en Tijuana, Baja California, relató algunos detalles del momento en el que fue asesinado. 

Dijo que la persona que disparó lanzó el arma cerca del cuerpo de Colosio, por lo que él se estiró y la tomó y entregó al teniente que iba a cargo, quien se la fajó en la cintura. 

Añadió que “la historia que hicieron creer de que el licenciado estaba vivo, que llegó vivo al hospital, es mentira”, porque con tras el disparo una parte del cráneo quedó en el lugar, “iba desangrándose, no pudo llegar vivo, no llegó vivo”.

Rafael López señala que en cuanto a la versión de la existencia dedos armas homicidas, fue falsa, y aseguró que a él lo obligaron a declarar, el procurador de Tijuana, que el arma la había entregado a las autoridades competentes. “Mentira, el arma se había ido en la ambulancia en la cintura del teniente Merin. Yo fui torturado psicológicamente y obligado a declarar que esa arma ya la había entregado”. 

“A mí se me prohibió hablar, se me prohibió declarar, las ampliaciones de declaraciones fueron muy cortas y muy manipuladas y no podida dar la cara,  hoy que el almirante Wilfrido Robledo Madrid –su jefe en ese entonces—, está muerto, me presento y hay muchas cosas por saber, no nada más, hay mucha gente que se ha guardado mucha información por temor”, explicó el exescolta.