David Martínez Téllez

Por estrategia, estrictamente política, quien tiene el poder alude a que está de lado de los pobres.

En los años de hegemonía del PRI (desde Miguel Alemán Valdés) el discurso se inclinaba a ayudar a los más pobres.

La perorata se repetía sexenio tras sexenio.

Quien hizo más énfasis en esta imagen de socorrer a los marginados fue Carlos Salinas de Gortari con la creación de Solidaridad.

Los programas de Solidaridad era la entrega de alimentos a través de organismos. La gran mayoría de recursos se atoraba y distribuía entre funcionarios.

El avance con el actual presidente es que desde el gobierno federal se da en efectivo, por medio de un cajero, previa tarjeta de identificación. Se evita corrupción.

Esta modalidad le otorga al presidente una enorme simpatía entre la ciudadanía que recibe el apoyo. Gana mayor popularidad cuando el pode ejecutivo federal, reinsiste cada que puede, que la sociedad ya cambió y que se ha politizado.

La mayoría de las encuestas señala que el presidente tiene más del 50 por ciento a su favor. En sus inicios tenía más del 70.

Cuando el presidente califica que la sociedad ya no es la misma y que “es sabia” le otorga un valor cualitativo para conservarla a su lado.

En este texto expongo la diferencia entre conocimiento popular y conocimiento científico.

Primero, es, como lo dijo recientemente el presidente es una estrategia política.

Segundo, el conocimiento popular se basa en una experiencia personal, que poco ayuda a interpretar a una sociedad.

El individuo se basa en lo que ve, oye y le han dicho.

Ahora, escribo que el conocimiento científico no es de una sola persona, sino de varios estudiosos sobre un mismo acto.

Lo científico intenta develar el comportamiento social, no se limita a un aspecto personal.

La ciencia argumenta a partir de hechos varios en diferentes circunstancias. Su conclusión es grupal de diferentes ramas del conocimiento.

Expongo un ejemplo para ser más preciso.

La gente común ha escuchado que cuando se ven formación de nubes con aspecto “aborregado” es presagio de temblor.

La ciencia nos ha informado que no existe ninguna relación entre ambos fenómenos. Los temblores, nos concluye, no se pueden predecir porque no existe un método.

El conocimiento popular es de percepción. El conocimiento científico se fundamenta en la repetición de síntomas similares para llegar a una conclusión.

El presidente, por estrategia política, le quiere dar valor de conocimiento al pueblo. Con esa posición desdeña a minorías que han aprendido científicamente.

Al escribir la palabra política, obedece a que con esa posición el presidente gana simpatía entre la mayoría, lo cual en una democracia es aceptable porque se conserva o gana el poder con esa enorme porción. Pero, eso no indica que tengan la verdad o se acerquen a esta posibilidad.

El presidente es un excelente zoon politicón. Desea quedar bien con la mayoría, aunque tenga conocimiento perceptivo.