•  El prelado justificó que pobladores haya retenido a militares y policías ministeriales porque “la gente se está desesperando” debido a que las autoridades “a veces obran de una manera que no es correcta”

Redacción 

Las protestas que se registraron el pasado 16 de febrero en Quechultenango, cuando fueron retenidos por pobladores elementos del Ejército, la Guardia Nacional y la Policía Ministerial, es “una llamada de atención para las instituciones”, advirtió el obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, quien afirmó que esa zona controlada por un grupo delictivo es la “más segura de Guerrero”.

En declaraciones que hizo este domingo al portal Interacción, el prelado justificó esa protesta al cuestionar “¿para qué le jalan la cresta al gallo?”, y advirtió que “la gente se está desesperando, la gente se está rebelando, porque a veces obran (las autoridades) de una manera que no es correcta”.

Dijo que en la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) está al frente un elemento de la Marina altamente calificado (Ofelio Méndez Gómez), pero que no conoce la entidad.

Rangel Mendoza dijo que “sabemos que la parte más tranquila de Guerrero es desde Petaquillas (municipio de Chilpancingo), sigue por Mochitlán, llega hasta Quechultenango, también incluye a Tixtla hasta llegar a Tlapa”.

Por eso argumentó que si esos lugares “están en paz, entonces ¿por qué meten al Ejército y por qué meten a la Guardia Nacional? Estoy refiriéndome a lo que pasó en Quechultenango”.

Consideró que ese operativo de las fuerzas de seguridad tiene una motivación política, pues en los municipios y el distrito electoral que integran la zona de referencia perdió Morena en las elecciones de junio 2021.

“Espero que no sea un capricho de Félix Salgado de querer vengarse de aquellos que no votaron por Morena”, señaló.

Insistió en que la zona del circuito Río Azul, donde se señala que opera el grupo delictivo de ‘Los Ardillos’, es la zona más segura de la entidad: “Porque ahí no hay levantones, no hay secuestros ni robos, incluso no dejan que se disytibuya la droga, sobre todo la droga dura”.

“Si es una zona que está en paz, ¿para qué le van a jalar la cresta al gallo? ¿Para qué van a alebrestar a la víbora de cascabel cuando hay regiones más necesitadas donde se requiere la presencia de la Guardia Nacional y del Ejército?”.

Rangel Mendoza señaló que “en Chilpancingo hay robos, hay secuestros y cobro de piso. Es la capital y no la pueden controlar. Que se ponga un soldado en cada esquina, a ver si así”, recomendó.