Jonathan Cuevas
Una madre de familia que lleva 43 días durmiendo afuera del hospital general de Iguala, en espera de que su hijo se recupere porque nació prematuro. Sin embargo, el miedo a que su pequeño muera aumenta día con día, al saber que las incubadoras la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN) se sobrecalientan, y, este día, el hijo de otra mujer que también esperaba junto con ella, murió.
La señora Alondra es originaria de Teloloapan y fue canalizada al nosocomio de Iguala por ser el más importante de la región norte de Guerrero, supuestamente “el mejor equipado”.
Llegó el 27 de Diciembre pasado, con su bebé prematuro y la esperanza de que aquí salvarán la vida del pequeñito, aunque ahora, con el paso de los días cada vez hay más temor. Por eso, al ver a un reportero decidió hablar frente a la cámara para enviar un mensaje al gobierno estatal.
La voz entrecortada, su semblante afligido que era muy notorio a pesar de llevar cubrebocas y, su mirada al suelo, muestran un enorme miedo. También se le nota el cansancio y la desesperación.
Los médicos y enfermeras hacen todo lo posible; a ellos no los culpa porque incluso, a decir de doña Alondra, incluso utilizan su ingenio para suplir con sus propias manos, las funciones de los aparatos que no sirven en el hospital. “Mi bebé, pues últimamente en la incubadora en la que está, se sobrecalienta. A causa de eso le llega a dar temperatura y pues a causa de eso, las enfermeras me dicen que es por eso de que se sobrecalientan las incubadoras.
La verdad ninguno de los aparatos sirven bien al cien”, lamentó. Explicó que ni siquiera sirven los monitores para revisar los signos vitales de los bebés recién nacidos, situación que ya habían advertido hace unos días los médicos y enfermeras de las áreas UCIN y Pediatría, pero fueron ignorados.
En apoyo, las madres de familia que esperan afuera la recuperación de sus hijos, colocaron cartulinas en el acceso principal del hospital para solicitar apoyo de las autoridades estatales y federales, sin embargo, “la directora salió y las quitó, asegurándonos que ya se había arreglado la situación”.
La situación que más preocupa a doña Alondra es que las incubadoras, en una de las cuales esta su hijo, tienen que ser apagadas al sobrecalentarse para que se enfríen. Al apagarlas, el bebé corre el riesgo de enfriarse también, y morir al no mantenerse en la temperatura ideal para su desarrollo.
El bebé que falleció este día fue precisamente a causa de esa situación. “Me preocupa mucho la verdad, tengo miedo de que a mi bebé le pase eso”; insistió.
Entre los brazos de su madre Mientras doña Alondra hablaba sobre esta situación afuera del nosocomio junto a una casa de campaña hecha a base de sábanas, cobijas, cartón y hule, otra mujer se paseaba en el estacionamiento del lugar con su bebé en brazos.
Era, el que acababa de fallecer. Personal del hospital se lo entregó así, solo envuelto en una sábana, y cuando la mujer estaba por salir para ser entrevistada por el reportero Carlos Zubillaga, elementos de seguridad cerraron la reja y, al parecer, le impidieron salir.
Dos familiares también la esperaban detrás de las rejas, pero la mujer estaba prácticamente retenida por el lado de adentro. Ningún directivo del hospital, ni siquiera los médicos se atrevieron a salir y explicar la situación, por el contrario, al ser enfocados por la cámara, parecían esconderse.
Minutos después se permitió la entrada de un familiar, mientras aquella madre no dejaba de abrazar y mecer el cuerpo del bebé, como si lo estuviera tranquilizado o durmiendo.
Así transcurrió el tiempo y el personal de seguridad entretuvo a la mamá para que no saliera a dar declaraciones. Más tarde, llegó una carroza con una caja fúnebre, para trasladar a la mujer, sus familiares y el cuerpo del pequeñito, sin que fueran abordados por el reportero. (API)