- Miles de armas alemanas llegaron ilegalmente a México y algunas se usaron en el ataque a los normalistas de Ayotzinapa en Iguala
- Se va a juzgar de nuevo el negocio criminal en el que varios responsables en ambos países siguen impunes
El Tribunal Superior Federal, el más alto de Alemania, reabrirá mañana 11 de febrero un proceso judicial que buscará juzgar de nuevo el negocio criminal del tráfico de armas fabricadas en aquel país europeo, algunas de las cuales fueron usadas en el ataque de la policía contra estudiantes normalistas de Ayotzinapa en la ciudad de Iguala, el 26 de septiembre de 2014, de acuerdo con un extenso reportaje del periodista alemán Wolf-Dieter Vogel, difundido ayer.
Según el reportaje G36 de la fábrica Heckler&Koch (H&K) le vendió a la Secretaría de la Defensa Nacional, entre 2006 y 2009, diez mil fusiles de asalto G36, con la prohibición de enviar esas armas a los estados de Guerrero, Jalisco, Chihuahua y Chiapas, por así ordenarlo directrices de la Unión Europea y el gobierno de Alemania.
Pero eso justamente ocurrió, denuncia el reportaje. “Después del ataque contra los estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, el 26 de septiembre de 2014 en Iguala, se encontraron 38 de estos rifles alemanes en la oficina de la policía municipal de esta ciudad guerrerense. Por lo menos siete de las armas fueron utilizadas esa noche. Una de ellas la portó el policía que fue detenido por la tortura y el asesinato del estudiante Julio César Mondragón”.
“Todo indica que también el disparo que recibió el normalista Aldo Gutiérrez en su cabeza y le mantiene en estado de coma hasta hoy, salió de este fusil de asalto”.
Según las cifras de la Sedena, casi 2 mil de los rifles llegaron ilegalmente a Guerrero y nadie sabe cuántas de estas armas terminaron en manos de policías corruptos y del crimen organizado.
Este asunto “mostró abiertamente la dinámica de las estructuras corruptas y las consecuencias de este negocio letal”, involucró a un alto funcionario de la Sedena, un general ya retirado, así como al representante en México de la empresa fabricante de los fusiles, Markus Bantle.