• * Bertha Vejar, de 29 años, padece acalasia, que no le permite comer alimentos sólidos y por la cual ha bajado 30 kilos en cuestión de meses; necesita 80 mil pesos para que la operen

Alondra García

Bertha Vejar Gallardo tiene 29 años, es madre de tres niños y no quiere morir. 

Solía tener el cuerpo redondeado y saludable, característico de las mujeres costeñas de Zihuatanejo, pero hace un año su vida cambió.

Hoy luce distinta. Tiene la piel pegada a los huesos, un color amarillento, los ojos hundidos y un rostro enfermo, casi cadavérico. 

Bertha no quiere morir, pero está muriendo frente a sus hijos pequeños.

Todo comenzó hace un año. De repente, comenzó a sufrir de disfagia.

“Significa que no puedo comer comida sólida y en ocasiones también tengo dificultades para pasar las cosas líquidas, como el agua y el suero”, explicó la mujer en un video en su cuenta de Facebook. 

Fue entonces que acudió al doctor, pero tomó varios estudios y muchos meses llegar a una conclusión. Durante ese tiempo, su cuerpo se fue debilitando cada día más.

Bertha fue diagnosticada con acalasia, una enfermedad rara que tiene una prevalencia anual de un caso por cada 200 mil personas. 

Se trata de un trastorno en el cual el esófago pierde la capacidad de conducir alimentos y líquidos hacia el estómago.

“Lo único que puedo pasar es lo líquido, como el agua, el atole, el Ensure, suero y cosas así, líquidas”, explica.

Por causa de la acalasia, Bertha ha perdido 30 kilogramos en los últimos meses.

“Ya tengo otras complicaciones, ya me está afectando mi intestino que se empieza a pegar, también tengo sangrados muy fuertes, los cuales se me complica parar debido a mi falta de hemoglobina y mi debilidad”, explicó la joven.

Por ello, desde la cama en la que difícilmente se levanta y rodeada de sus tres hijos pequeños, Bertha clama por ayuda. 

Para no morir, ella requiere de una cirugía llamada Miotomía de Heller y Funduplicatura, la cual tiene un costo de 80 mil pesos. 

Ella es muy pobre y por eso requiere de la solidaridad para no morir. Su temor más grande es dejar a sus hijos en el desamparo. 

“Pido de su apoyo con lo que sea su voluntad, por favor, tengan piedad de mí, mi vida depende esa cirugía”, clamó. 

Para ello, puso a disposición su tarjeta de Coppel 4169 1603 4025 4698. 

Su número de celular es 755 108 1354. 

Hasta el momento, ninguna autoridad se ha solidarizado con ella. 

Algunos ciudadanos han apoyado con la rifa de algunos artículos para tratar de recaudar el dinero.