• * En medio de un fuerte dispositivo de seguridad, padres de los estudiantes desaparecidos y normalistas recordaron a los jóvenes asesinados hace 6 años en Iguala
  • * Hubo reproches a los igualtecos que convocaron a impedir las manifestaciones del por qué “no han intentado detener los asesinatos y desapariciones” que cometen grupos delictivos en esa ciudad

Jesús Saavedra

IGUALA.— En medio de un fuerte dispositivo de seguridad estatal y federal, este domingo padres de los 43 y normalistas concluyeron sus actividades de protesta en el marco del sexto aniversario de esa desaparición forzada, con la exigencia de que haya celeridad para deslindar responsabilidades de los autores materiales e intelectuales, pero también contra el Ejército y los funcionarios que, aseguran, por sus omisiones intentaron desviar las indagatorias que realizó el gobierno de Enrique Peña Nieto.

Incluso el abogado Vidulfo Rosales acusó que hace 6 años “hubo una acción coordinada por el Ejército en complicidad con el grupo criminal, la policía municipal de Iguala, Cocula Huitzuco, Tepecoacuilco, hasta policías del Estado de México vinieron a esta agresión directa; la Policía Federal también estuvo involucrada y esperamos que haya acciones concretas contra esos responsables”.

Los padres y unos 500 normalistas viajaron desde Ayotzinapa a esta ciudad a bordo de una treintena de autobuses, donde ya se había dispuesto un operativo de seguridad con la participación de policías del estado y elementos de la Guardia Nacional, desde Chilpancingo hasta Iguala.

En el acceso principal a esta ciudad instalaron un filtro de seguridad donde revisaron de vehículos y a sus ocupantes, debido a que desde la semana pasada, un grupo de personas había convocado en redes sociales a evitar que se manifestaran los padres y normalistas, e inclusive hubo comentarios incitando a la violencia en contra de los manifestantes.

Después de ese filtro, el convoy de autobuses se quedó justo frente a Palacio de Justicia, en el bulevar de acceso a esta ciudad, justo debajo de un puente vehicular donde se indicaba que habrían preparado una agresión. Ahí se colocaron al menos 8 policías del estado que estuvieron vigilantes que eso no ocurriera.

El convoy de autobuses continuó su camino hasta el Periférico Norte y al llegar frente a las instalaciones del Instituto Tecnológico se detuvieron para iniciar una breve marcha a la colonia Industrial, donde fue encontrado asesinado el normalista, Julio César Mondragón Fontes, durante la madrugada del 27 de septiembre.

Ahí depositaron una ofrenda floral e intervino un hermano del normalista asesinado, quien señaló que si no es por la organización y resistencia de las familias agraviadas en esos hechos, el caso permanecería estancado y sin acceso a la justicia.

Explicó que la familia de Julio César no estuvo conforme con el dictamen de muerte de su hermano que establecía que había perecido por un golpe fuerte en la cabeza, y “tuvimos que exigir una segunda necropsia para enterarnos que lo torturaron hasta matarlo, tenía más de 40 fracturas y fue desollado; las familias nos hemos tenido que organizar para resistir y exigir justicia”.

En el acto, don Melitón Ortega señaló que a pesar de que han transcurrido 6 años, “no nos hemos rendido, no nos van a rendir en la búsqueda de verdad y de justicia, queremos que se castiguen a los responsables directos, a los intelectuales, pero también a los funcionarios del sexenio de Enrique Peña Nieto que tergiversaron las investigaciones”, añadió.

Luego de depositar una ofrenda floral en este lugar, los padres y normalistas continuaron su manifestación por el Periférico Norte hasta la esquina con la avenida Álvarez, donde durante la noche del 26 de septiembre del 2014 cayeron asesinados a tiros los normalistas Julio Cesar Ramírez Nava y Daniel Solís Gallardo, en tanto que el normalista Aldo Gutiérrez, desde esa fecha permanece en coma y en estado vegetativo tras recibir un balazo en la cabeza.

En este lugar, la señora Bertha Nava, madre de Julio Cesar Ramírez, criticó que durante la semana se haya organizado un grupo de ciudadanos para tratar de impedir su manifestación, “no les hemos hecho nada a ustedes pueblo de Iguala y pedimos que entiendan el dolor que estamos sufriendo, entiendan que en nuestro caso perdimos a un hijo que fue asesinado cobardemente y no hay ningún responsable detenido”, dijo.

Agregó que el movimiento de búsqueda de justicia y de verdad “exhibió las complicidades, la grave situación que está viviendo Iguala, donde un grupo criminal desaparecía impunemente a las personas y donde no han sido castigados quienes cometieron más de 500 desapariciones”, aseguró.

La señora Hilda Legideño, madre de uno de los normalistas desaparecidos, dijo que a pesar de las amenazas que han recibido, “no vamos a dejar de buscar a nuestros hijos, nos dicen que somos unos delincuentes porque buscamos a nuestros hijos, pero pónganse en nuestro lugar y sepan el dolor que tenemos en estos seis años, no tenemos justicia, ni paz porque no sabemos en dónde están nuestros hijos”.

El abogado de los padres, Vidulfo Rosales Sierra, indicó que este movimiento va a “continuar a pesar de todo y contra todo, a pesar que hagan advertencias que no vengamos acá vamos a estar continuando en nuestras movilizaciones exigiendo que haya justicia y verdad”.

Hizo un recuento de lo que sucedió la noche del 26 y madrugada del 27 de septiembre del 2014: “hubo una acción coordinada por el Ejército en complicidad con el grupo criminal, la policía municipal de Iguala, Cocula Huitzuco, Tepecoacuilco, hasta policías del Estado de México vinieron a esta agresión directa; la Policía Federal también estuvo involucrada y esperamos que haya acciones concretas contra esos responsables”.

Recordó que quienes eran autoridades en aquel momento afirman “que actuaron con diligencia y no es cierto”, porque los elementos del Ejército ni de corporaciones policiacas “nunca llegaron a evitar esta atrocidad con 43 desaparecidos, 3 estudiantes muertos, un estudiante en coma, una docena de heridos”.

Rosales Sierra subrayó que fue este movimiento el que reveló los que estaba sucediendo en Iguala con el grupo criminal Guerreros Unidos y su actuación impune, y “no se vale que hoy digan que se organizan para preservar esta ciudad, pero por qué permitieron que haya más de 500 desaparecidos en Iguala”.

Cuestionó el por qué los ciudadanos de Iguala “no han intentado detener los asesinatos y desapariciones” que cometen grupos delictivos, “pero les decimos claramente que seguiremos protestando, seguiremos buscando la justicia, este movimiento es por la verdad”.

El vocero del movimiento, Felipe de la Cruz Sandoval, envió un mensaje a la población de Iguala: “nuestras manifestaciones siempre han sido pacíficas en esta ciudad, en ningún momento hemos afectado a algún ciudadano, algún local o algún negocio, y en cambio a esas instituciones públicas que nos han engañado las seguiremos afectando”.

Aseveró que los normalistas que destrozaron y saquearon recientemente el Palacio de Justicia y la sede del Congreso del Estado “no son vándalos y menos vienen a sembrar el terror a esta ciudad”.

Advirtió que “les decimos al gobierno que no vamos a descansar hasta ver en la cárcel a todos los involucrados en este crimen, sea quien sea, porque este dolor no termina, la llaga está abierta, el llanto flota y eso nadie lo entiende; nuestra lucha es para que no se vuelva a repetir esto jamás, que ninguna familia esté en la angustia de saber en dónde están sus hijos y con todos los riesgos seguiremos protestando en este lugar”.

La manifestación concluyó después de las 7 de la noche, luego de una fuerte lluvia y tormenta eléctrica que se abatió en esta ciudad, donde inclusive, a un centenar de metros del templete, cayó un rayo que provocó que se cortara la energía eléctrica.

De esta manera, los padres de los 43 y los normalistas de Ayotzinapa concluyeron sus movilizaciones en el marco del 6 aniversario de la desaparición de los 43 estudiantes.