• * Estudiantes de Ayotzinapa derribaron portones, robaron muebles, pintarrajearon paredes, rompieron ventanas e incendiaron oficinas y una camioneta propiedad de la empresa Lala dentro de la sede del Poder Legislativo

Jesús Saavedra

Normalistas de Ayotzinapa y de otras normales del país reanudaron sus violentas protestas este martes en la sede del Congreso del Estado, donde derribaron portones, robaron muebles, pintarrajearon paredes, rompieron ventanas e incendiaron oficinas y una camioneta propiedad de la empresa Lala, para exigir justicia por la desaparición de 43 estudiantes en Iguala, hace 6 años.

Los jóvenes, que apenas el lunes habían hecho lo mismo en el Palacio de Justicia de Iguala, llegaron a bordo de decenas de autobuses de pasajeros que tienen en su poder y trasladaron desde las instalaciones de esa normal, en Tixtla, hasta Chilpancingo, una camioneta de la empresa Lala que robaron, en la que llevaban al menos seis colchones individuales, la cual fue colocada en el acceso al estacionamiento al Congreso.

Durante el mitin que encabezaron los padres de los 43 normalistas desaparecidos, los normalistas pintarrajearon el vehículo de la empresa lechera y colocaron en su interior dos garrafas de 20 litros llenas de gasolina, mientras otro grupo de normalistas brincó la cerca perimetral y pintarrajearon con spray las paredes del salón de sesiones, de la biblioteca y las oficinas de los diputados.

Poco antes que concluyera el mitin de los padres, un estudiante arrancó la camioneta de Lala y de reversa la estrelló contra el portón de fierro del acceso al estacionamiento y lo derribó, lo que permitió que un centenar de jóvenes tuvieran acceso a la sede del Poder Legislativo.

Otro grupo de veinte estudiantes formó un fila en el acceso al estacionamiento para evitar que los reporteros que cubrían la manifestación ingresaran a documentar lo que sucedía en el interior, donde el normalista que manejaba el camión de Lala, lo condujo hasta meterlo al pasillo que se ubica entre la biblioteca y el vestíbulo de acceso a las oficinas de los diputados.

En ese lugar, también de reversa, el camión derribó una hoja del portón de acceso principal del inmueble y lo arrancó a toda velocidad para estamparlo en el acceso al edificio de oficinas del Congreso, que se conoce como el vestíbulo de acceso.

En ese lugar, los estudiantes rociaron las dos garrafas de gasolina a cinco colchones —de los que las autoridades les compran para que duerman en su plantel— que iban en la parte posterior del camión de Lala y les prendieron fuego. Otros dos colchones más fueron colocados a un costado de la fachada del inmueble.

El resto de los normalistas que iban encapuchados se dividieron en dos grupos, uno de los cuales arremetió contra los ventanales de la biblioteca y del edificio de oficinas de los diputados, donde empezaron a colocar petardos que estallaron en una docena de ocasiones en el primer embate de los normalistas.

Uno de los petardos voló una puerta de acceso a la oficina de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) y otros más estallaron en la biblioteca, donde se inició un incendio.

Otros jóvenes se dirigieron a las oficinas de los legisladores, donde también iniciaron varios incendios.

Unos 10 minutos después, los normalistas permitieron el ingreso de los reporteros al estacionamiento y justo cuando unos jóvenes  hicieron estallar dos petardos que estaban dentro de uno de los colchones que habían dejado en el estacionamiento, por lo que voló por los aires envuelto en llamas y estuvo cerca de lesionar a uno de los encapuchados que estaban cerca.

Otros normalistas empezaron a lanzar petardos contra el edificio desde el estacionamiento mientras pedían a los reporteros que se alejaran de la zona por el riesgo que representaba el estallido de los artefactos, y advirtieron que dentro de la camioneta en llamas en el vestíbulo, habían colocado más petardos que aún no estallaban.

Mientras otro grupo de normalistas se retiraba del lugar llevándose ventiladores, computadoras, impresoras, una televisión, sus dirigentes pedían que regresaran a los autobuses que los esperaban afuera en la avenida Trébol Sur.

Quince minutos después los estudiantes se retiraron, dejando tras de ellos severos daños dentro del Congreso, mientras el personal de seguridad del Poder Legislativo intentaba apagar el fuego en la camioneta de Lala.

Al lugar arribaron pipas con agua de Protección Civil del estado y de Bomberos de Chilpancingo, quienes sofocaron el fuego en la camioneta, en la biblioteca y en varias oficinas administrativas.

También llegó al lugar el secretario de Seguridad Pública del Estado, David Portillo Menchaca, quien dijo que se haría una evaluación de los daños y que no hubiese más artefactos explosivos.

Se ordenó acordonar la mitad del estacionamiento y llegaron una veintena de policías del estado a custodiar el maltrecho inmueble, y le pidieron a los reporteros que desalojaran el lugar, porque se harían los peritajes correspondientes y actuaría la Fiscalía General del Estado (FGE).

Así concluyó esta manifestación violenta de los normalistas de Ayotzinapa, quienes este miércoles también van a acompañar a los padres en sus actividades que realizarán en la Ciudad de México, frente a la sede de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y el jueves en el Consejo de la Judicatura Federal.

El viernes, los normalistas se manifestarán frente a las oficinas de la Fiscalía General de la República (FGR), el sábado harán una marcha en la Ciudad de México y el domingo se manifestará en Iguala.