• * De esa manera se podrán recuperar las condiciones para que se produzcan hasta 300 mil litros anuales de esa bebida, asegura Rigoberto Acosta

Redacción

El dirigente del Consejo Regional de la Sierra de Guerrero (CRESIG), Rigoberto Acosta González, sostuvo que varios pueblos de esa región dedicados a la producción de mezcla podrán recuperar su vida normal si la Guardia Nacional (GN) y el Ejército Mexicano se mantienen en la zona.

Acosta González señaló que en marzo pasado, comunidades como Zihuaquio, El Ídolo, La Nogalera y La Palma, entre otras ubicadas en la parte alta de la Costa Grande se vieron severamente afectadas por la intervención directa de grupos del crimen organizado, que dejaron casi en el abandono a pueblos dedicados a la producción de mezcal, la ganadería y el cultivo del maíz. 

Destacó que esos pueblos representan un ejemplo importante para el estado y el país, pues se trata de asentamientos humanos que lograron reconvertir sus actividades productivas y con el transcurso de los años dejaron los cultivos ilícitos para cambiar de giro y en el proceso tuvieron mucho éxito.      

El también académico de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro) recordó que a finales de febrero y principios de marzo de este año, se tomó la decisión de que la mayoría de las familias salieran de Zihuaquio y se refugiaran temporalmente en Vallecitos de Zaragoza, municipio de Zihuatanejo. 

Salieron de Zihuaquio con el acompañamiento de personal del Ejército Mexicano, la Guardia Nacional y de la Policía del Estado, pues habían quedado en el centro de una confrontación entre al menos cinco grupos delictivos. 

El lugar al que llegaron, Vallecitos de Zaragoza también se encontraba casi vacío por problemas de inseguridad. 

Afortunadamente, muchos de los habitantes de Vallecitos mantienen lazos de amistad y familiares con los pobladores de Zihuaquio, por lo que su arribo no provocó ningún diferendo.   

“Vallecitos ya era casi un pueblo fantasma, pero la Guardia Nacional (GN) comenzó a instalarse y muchas de las familias que estaban desplazadas se comenzaron a regresar, aunque otros habitantes ya estaban en los Estados Unidos de Norteamérica (EUA), porque no quisieron esperar a que la situación se normalizara”, destacó. 

Acosta González comenta que la violencia en la zona no solo perjudicó a la producción de mezcal, también hubo daños muy serios en la actividad ganadera y la producción de maíz. 

Recordó que “en una sola tarde, supuestos delincuentes se llevaron a más de 600 cabezas de ganado hacia Guayameo, perteneciente al municipio de Zirándaro”. 

Este año, la temporada de mezcal representó cuando mucho el 40 por ciento de la producción que se tiene de manera cotidiana, cuando no se padece el desplazamiento de los lugareños a consecuencia de la inseguridad. 

En las mejores condiciones, recordó que en Zihuaquio se tiene una producción anual de 350 mil litros de mezcal por año, pero cuando las condiciones son regulares se tienen de 290 a 300 mil litros. 

Sin embargo, recordó que a principios de 2020 la carretera que va de Zihuatanejo hacia Coyuca de Catalán fue bloqueada por grupos de delincuentes, siendo hasta hace un par de semanas que se comenzó a normalizar nuevamente la movilidad. 

Aunque hay familias que ya regresaron a Zihuaquio y los pueblos cercanos que también se vieron afectados por la violencia, la producción de mezcal todavía es muy baja y lo poco que se tiene se vende solo en los estados de Michoacán y Veracruz. 

Dijo que el mezcal de Zihuaquio es el mejor que hay en México y la demanda que se tiene es mucha, pero los productores no están en condiciones de cubrir todo lo que se requiere.          

Acosta González consideró que si el personal de la Guardia Nacional que permanece en Vallecitos de Zaragoza se retira, el saldo que se tendría sería sumamente lamentable, pues los pobladores apenas comienzan a regresar.  

Recordó que en El Durazno y San Antonio, el Ejército se movió por espacio de algunos días y los grupos de delincuentes cayeron, lo que provocó un saldo lamentable para la localidad.          

“Nos dicen que se recuperaron entre ocho y doce cadáveres, solo porque se relajó la seguridad, por eso creemos que el Estado Mexicano debe mantenerse en estas zonas”, anotó.