POR: R. SALGADO LEYVA

La problemática del agua potable en la capital, Chilpancingo, sigue constituyendo un delicado asunto con serias expectativas ante lo acumulado de sus adeudos, la ausencia de propuestas viables, concretas, y que por añadidura se advierte lejana la posibilidad de encontrarle solución pronta y definitiva.

De acuerdo con la información que se ha hecho pública, la desafortunada administración anterior dejó una deuda aproximada de cinco millones de pesos; sin embargo, se aduce que para febrero del 2019 el adeudo a la CFE era ya de  un poco más de 12 millones. Al cabo de un año, tal y como lo justifica el oficio solicitud a la CFE suscrito por la directora del organismo, con fecha 30 de enero del presente año, el déficit creció casi a los 25 millones de pesos.

Independientemente a este escenario, en diversos momentos se han sucedido “cortes” de energía eléctrica, lo que ha podido superarse gracias a los apoyos económicos extraordinarios que ha tenido que aportar el gobierno del estado, lo que ha permitido que el pueblo de Chilpancingo no se hubiese quedado sin el servicio del agua potable.

Lo que resulta preocupantemente revelador, es el elevado incremento de la deuda, que de un año a otro se duplicó, sin que la sociedad hubiese sido enterada siquiera de esfuerzos por superar esta delicada situación y mucho menos claridad o explicaciones del creciente pasivo que hoy pone en riesgo la sana viabilidad del organismo.

Se comenta que la CAPACH mantiene un ingreso promedio de 3.5 a 4 millones de pesos mensuales y que su asfixiante egreso lo constituyen: una pesada y onerosa nómina burocrática que asciende aproximadamente a 2 millones, las facturas por concepto de energía eléctrica entre 1.5 o dos millones, y posiblemente una erogación de 500 mil por concepto de gastos de operación. Analizado desde este ángulo, en efecto, los ingresos y los egresos casi se emparejan; lo preocupante es  el grave déficit que mantiene al instituto en una grave crisis financiera y ante el inminente riesgo de que la capital sufra de un total desabasto del agua potable, con las consecuentes protestas e inconformidades sociales.

Del análisis de las cifras anotadas, que insistimos, son del dominio público, la interrogante seria ¿Por qué el tan elevado endeudamiento, cuando los números son evidentes, pero además si las frecuentes aportaciones del gobierno del estado, que han estado en todo momento de apremio, significa que han sido estos los únicos abonos, sin que el organismo haya hecho alguna aportación?

Esta interrogante obliga a trasparentar con objetividad la vida financiera de esta comisión, pues en esa medida estará la respuesta responsable y solidaria de la ciudadanía.

     La resistencia al cumplimiento de obligaciones ciudadanas, se da cuando existe opacidad en la operación de un organismo y muchas veces la negativa al pago puntual del consumo es producto de que la prestación del servicio no se da de manera eficiente.

Sería inútil seguir insistiendo en la renegociación de su deuda o de la petición de firma de convenios para programar pagos con CFE, cuando ha sido reiterativo el incumplimiento a compromisos de diversos documentos recurrentes sobre el mismo propósito. Como imposible será pedirle al presidente la condonación de la deuda si no le hacemos planteamientos firmes, serios y que observe hechos y acciones de amplia y plena disposición, que demuestren fehacientemente que se  han estado haciendo esfuerzos por arreglar esta delicada problemática.

     Mientras tanto, dos serían las propuestas urgentes:

  • Aprovechar los considerables recursos que por concepto de impuesto predial  ingresan al municipio en estos primeros meses del año, para que una 3ª parte se canalice para adelgazar la nómina, mediante liquidaciones justas a personal no necesario.
  • Impulsar una urgente operación  sería, racional y eficiente en los  sistemas de bombeo del agua, con el fin de disminuir los elevados pagos mensuales a CFE, sin menoscabo a una eficaz, programada y ordenada distribución del agua.

El llamado de la autoridad municipal a emprender una “movilización social” en contra de la CFE, no resulta razonable ni apropiado; se debe invocar a la conciencia ciudadana en la medida de que haya evidencias inobjetables de transparencia y buen uso de los recursos, de acciones de carácter administrativo y técnico, de obras y acciones que muestren actitudes de una  gran voluntad para corregir el rumbo de una Institución de vital servicio  al pueblo de Chilpancingo.

La autoridad no puede ni debe eludir el mandato constitucional del derecho legítimo de disfrutar del agua para el consumo humano y para uso doméstico, y mucho menos lanzar pesimistas anuncios de que la carestía del agua habrá de ser más aguda. La autoridad debe lanzar anuncios de optimismo, de aliento, de certeza y de una franca actitud para afrontar con dignidad los problemas. Los que aspiran a gobernar deben estar conscientes de la aguda problemática que se padece en que casi todos los municipios. A quienes hoy están al frente les decimos: si hubo arrojo para querer serlo, pues ahora enfrenten con entereza los serios retos de su encomienda.