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Jesús Saavedra

ALCOZACÁN.— Este miércoles se realizaron los funerales de 5 de los 10 músicos indígenas asesinados el pasado 17 de enero, supuestamente miembros del grupo criminal ‘Los Ardillos’, en una aparente venganza porque los comunitarios de la CRAC resistieron el 27 de enero del año pasado, un embate de sus sicarios durante el cual les mataron a una docena.

Este martes por la mañana, la Fiscalía General del Estado (FGE) y el Servicio Médico Forense (Semefo) entregaron los cinco cuerpos que aún no habían sido reconocidos a sus familiares. Los indígenas que trabajaban para un grupo musical, regresaban a esta localidad después de haber asistido a un baile en la comunidad de Mexcalcingo cuando fueron atacados y asesinados.

Este miércoles fueron entregados los cuerpos de Regino Fiscaleño Chautla, Juan Joaquín Ahuejote, Florencio Linares Jiménez, Israel Tolentino Ahuelican e Israel Mendoza Pasado, éste último un muchacho de apenas 15 años de edad que estudiaba el Bachillerato en esta comunidad nahua del municipio de Chilapa.

Los 5 cuerpos no habían sido entregados porque quedaron al interior de la camionera que los sicarios de ‘Los Ardillos’ incendiaron para aparentar un supuesto accidente carretero y tratar de encubrir este asesinato masivo de personas.

En esta zona de la Montaña baja, habitantes de 16 comunidades de Chilapa y Hueycantenango están adheridos a la Coordinadora Estatal Regional de Autoridades Comunitarias-Policía Comunitaria-Pueblos Fundadores (CRAC-PC-PF), que mantiene una disputa por el “control del territorio” con los comunitarios Por la Paz y Justicia, a quienes ligan con el grupo criminal de ‘Los Ardillos’.

El gobernador Héctor Astudillo Flores el martes pasado informó que ‘Los Ardillos’ decidieron asesinar a eso 10 músicos en “venganza” por los hechos acontecidos el 27 de enero del 2019, en la comunidad de Rincón de Chautla, donde pretendieron irrumpir de manera violenta, pero fueron repelidos y asesinados al menos una docena de sus sicarios, en una confrontación a tiros, por comunitarios de la CRAC.

Luego de la entrega de los cuerpos a sus familiares, cada familia se los llevó a sus respectivos domicilios, donde se hicieron los rezos católicos y posteriormente los trasladaron a la iglesia del pueblo, donde se ofició una misa con los cinco ataúdes presentes y posteriormente se los llevaron a sepultar al Panteón de esta localidad.