- * Gregorio Portillo pidió a los gobiernos, federal y estatal, atender el desplazamiento de unas mil personas que abandonaron sus hogares debido a la violencia
- * San Rafael es literalmente un pueblo fantasma, luego de que miembros de un grupo delictivo saquearon casas y comercios la semana pasada
Jesús Saavedra
ZIRÁNDARO.— Las autoridades de este municipio de la Tierra Caliente hicieron un llamado urgente al gobierno de Andrés Manuel López Obrador y de Héctor Astudillo Flores, para que se declare un estado de emergencia y se atienda lo que aseguran es una “crisis humanitaria” debido a los recientes enfrentamientos entre grupos del crimen organizado que dejaron al menos mil personas desplazadas, dos muertos y 12 desaparecidos.
Desde noviembre pasado, el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), Familia Michoacán (FM), Viagras, Cuernudos, Los Rengos, Los Beltrán, mantienen una violenta disputa por el control del territorio que ha repercutido principalmente en este municipio, donde los pobladores de unas 40 comunidades han abandonado sus hogares.

Recientemente, los enfrentamiento han ocurrido entre sicarios del CJNG y la FM, que el martes 14 de enero irrumpió con una columna de 300 hombres armados en San Rafael, comunidad que se encuentra camino a la Sierra, a dos horas y media de la cabecera municipal, a donde llega uno primero a la comunidad de Guayameo y después cruzas una decena de pueblos en una brecha de terracería.
De acuerdo con testigos, la confrontación armada se prolongó hasta el miércoles 15 de enero, cuando en el camino que conduce a la comunidad entre las comunidades de Las Piedras y Las Juntas, la columna armada de la FM arremetió contra un convoy del CJNG que subía a San Rafael para hacerles frente; en ese lugar fueron incendiadas y baleadas dos camionetas, una X Trail de la Nissan y una Suburban con blindaje; una Hummer artillada con las siglas del CJNG quedó también en el camino. De las tres unidades, en la brecha sólo quedan las dos camionetas incendiadas como vestigio de los enfrentamientos.
Esos dos días de “terror” para los vecinos de San Rafael, los obligaron a abandonar sus viviendas y huir hacia Guayameo, y otros más para Zirándaro; según cifras del gobierno municipal, en esa localidad viven unas 800 personas que salieron en éxodo forzado para no poner en peligro sus vidas y las de sus familias. También hay desplazados de las comunidades de Salsipuedes, Guacamayas, Las Piedras, Las Juntas, Los Alacranes, El Limoncito, Barranca de San Rafael, Parajes y El Paso, entre otras.

Este martes, al recorrer el camino de Zirándaro a Guayameo se constató que las familias desplazadas se han concentrado en esas dos poblaciones, donde les han prestado casas o alojado en viviendas de vecinos que tienen espacio para recibirlos, y se les brinda alimentación por las autoridades del municipio y de vecinos que se cooperan para atender esta emergencia.
En Zirándaro se ha establecido un grupo de soldados con un camión, dos vehículos artillados, y a San Rafael llegaron el lunes soldados del 34 Batallón de Infantería de Ciudad Altamirano, para resguardar a la población y que sus habitantes puedan acudir a rescatar algo de sus pertenencias.
En un recorrido por San Rafael se constató que todas las pequeñas tiendas que había en la comunidad han sido saqueadas, en la calle se puede ver que los delincuentes tomaron lo que quisieron, hay envases de cerveza, refresco, jugos tirados en la calle, además que saquearon hasta la pequeña farmacia comunitaria de la localidad.

Hay una vivienda que fue incendiada y el resto de las casas han sido abiertas por la fuerza. De su interior se han llevado lo más valioso que encontraron como joyas y sobre todo víveres y ropa, informan temerosos algunos habitantes que han acudido a recoger lo que pueden.
Uno de ellos amarra con prisa sus costales de maíz de la siembra de temporal mientras dice resignado a reporteros que “no me queda más que este maíz, me alcanzaba para darle de comer a mi familia al menos 3 meses y ahora lo voy a tener que vender para tener algo para comer”.
El hombre apresura a su hijo para que le ayude a seguir amarrado costales que trasladará hasta Guayameo en un camión de volteo que ha dispuesto el Ayuntamiento para traer lo que se pueda desde esa localidad en la Sierra.
El alcalde de Zirándaro, Gregorio Portillo Mendoza, subió a esa localidad resguardado por agentes de la Policía Federal que le ha asignado el gobierno de Andrés Manuel López Obrador y asegura que de noviembre a enero hay cuando menos 2 mil desplazados por la violencia. “Estamos viviendo una crisis humanitaria fuerte, cientos personas duermen en el piso, muchas familias que dejaron todo, hasta los bienes más prácticos se quedaron, salieron huyendo”.
El morenista indica que un grupo minoritario de desplazados de Zirándaro y que tienen familia en los Estados Unidos, han pedido asilo político en ese país por cuestiones de inseguridad y el resto, que son la mayoría, no tienen “la capacidad de alimentarlos, de atenderlos en sus necesidades más mínimas”.
Por eso hizo un llamado para que “el gobierno federal y estatal reconozcan este desplazamiento forzado de miles de personas, será muy complicado atender a esa población si no reconocen por principio que existe un estado de emergencia en el municipio”.
Recordó que la semana pasada acudió a Zirándaro el subsecretario de Asuntos Políticos, Martín Maldonado del Moral, quien les pidió “calma a los pobladores, pero la demanda es que se establezca una base de operaciones del Ejército o la Guardia Nacional en San Rafael, para que esas familias puedan regresar a sus domicilios; estamos buscando que el gobernador Héctor Astudillo nos dé la atención y se establezca esa base”.
Portillo Mendoza aseveró que en esa comunidad un grupo de hombres hizo frente en las primeras incursiones y que había 14 vecinos desaparecidos, de los cuales dos fueron asesinados y encontrados en La Calera, y otro en un camino rural, pero que hay 12 que siguen desaparecidos y temen que hayan sido asesinados.
Denunció que en la incursión de la FM “hubo saqueos a la mayoría de los domicilios, esas personas utilizan víveres para subsistir y persistir en sus actividades criminales y pasaron a amolar a estas pobres familias”.
Insistió en pedir al presidente y al gobernador “que nos escuchen, que atiendan la demanda de la población, porque en Zirándaro hay un estado de emergencia, hay una crisis humanitaria y pedimos que nos acompañen para darles fortaleza moral”.
El alcalde de ese municipio de la Tierra Caliente, rechazó la postura de un gran número de desplazados de armarse para enfrentar a los sicarios de la FM, que aseveran se mantienen a la espera de que el Ejército se retire de San Rafael para instalar una base permanente en esa localidad serrana.
“No apoyaría en nada para
resolver el problema que se armaran, lo que respaldamos es que se garantice la
seguridad de la población, tengo la esperanza que se pueda lograr si existe la
voluntad de los gobernantes que deben tomar decisiones de manera pronta”,
agregó.
Cuando arribo el convoy del alcalde, acompañado
de una patrulla de la policía municipal, una del estado y tres patrullas del
Ejército, los soldados que se encontraban desde el lunes en San Rafael habían
colocado en una banqueta un chaleco anti balas con la leyenda CJNG, dos gorras
y dos playeras con la mismas iniciales; 2 escopetas, 3 fusiles AK47, unos cien
cartuchos útiles para AK47, una bolsa al parecer con semilla de amapola, cuatro
pantalones camuflados, pero no quisieron informar si los encontraron en alguna
vivienda o en algún lugar.