Sadyhel Astudillo
Como se ha mencionado en un par de ocasiones en este espacio, no acostumbro ver la televisión abierta con regularidad –de hecho por lo regular cuando la enciendo voy directo al servicio de streaming—, por lo regular las noticias las consulto en páginas web desde el celular o computadora. Pero hace poco, mientras estaba en una sala de espera con el celular con poca batería, decidí ver la televisión y para mi “suerte” estaban transmitiendo un noticiero…
Recuerdo que, cuando me encontraba cursando la primaria, pocas cosas me aburrían tanto como ver la noticias; un montón de hombres de traje –la mayoría canosos— hablando tendido sobre temas que no entendía o que directamente no me interesaban, bueno sumado a ello está el hecho de que a esa edad lo que menos te interesa son las noticias.
También viene a la mente que el programa estaba estructurado (si mal no recuerdo el orden), primero era la noticia impactante o más de moda, asuntos nacionales, después los internacionales; finanzas y por ultimo deportes y espectáculos. Vaya, a pesar de haberlo visto en tan pocas ocasiones, aún recuero cosas como su canción de inicio, la forma de hablar del presentador, etc.
Ahora bien, en el noticiero actual, todo parecía un chilaquil, a veces hablaban de algo local, después internacional, de la nada metían un video de internet, después algo aún más local, para de repente pasar a chicas bailando, después deportes, posteriormente algún chiste, economía, video y un demás y variado etc. Sumado a ello se tenía que los presentadores (quizá conductores sea la palabra más idónea) eran en su mayoría jóvenes vistiendo jeans, playeras, algunos con gafas de sol y barba, las chicas algunas con vestido formal, otras con short, etc., vaya, una revoltura al igual que la forma de presentar las noticias y el lenguaje tan coloquial que utilizaban.
Al ver todo ello, varias preguntas pasaron por mi mente: ¿Realmente sabrán, entenderán o si quiera es de su interés de lo que están hablando? ¿Tendrán una formación adecuada para estar manejando esos temas? ¿Quién da luz verde a que se transmitan programas así? ¿La información que dan a conocer es fidedigna? ¿Así son todos los noticieros actualmente? ¿Tendrán un buen número de televidentes? Y de ser así ¿Realmente verán el programa con seriedad? Y así como esas varias preguntas más.
Si, sé que estamos en “tiempos modernos” que hoy en día quizá a nadie le atraiga ver las noticias, y menos aún dadas por un montón de adultos de traje, rostros aburridos y cuadrados, pero tampoco es válido caer al extremo y que el programa parezca una obra de teatro de prepa –con el perdón de la comparación porque existen unas excelentes- y también tengo presente que el horario en que se transmitía dicho programa no era el “típico” de las noticias (es decir en la noche) y por lo tanto el público meta del programa sean más jóvenes, pero aun teniendo eso presente, creo, el programa tenía demasiado relajo. Entonces –desde mi punto de vista— ¿Cómo se debería de hacer?
Pues con la seriedad que cada tema amerita; si el programa dará noticias “suaves” o no tan trascendentes, pueden hacerlo informal, sin caer en el relajo; si el programa es de chites y bromas pues sí, adelante, es el ambiente adecuado. Si el programa es realmente informativo, no tiene nada de malo que lo conduzcan jóvenes o que no se vistan formal, pero es importante que transmitan esa confianza al televidente, que las notas se digan con la seriedad que lo requiere y no se mezcle con un tema que “desfase” completamente lo anterior, vaya se pueden tomar como ejemplo programas “antiguos” y simplemente actualizarlo sin volverlo un chiste.
Si de por si la televisión se encuentra actualmente en peligro frente al internet, pues el emitir programas así, genera que cada vez menos personas la vean, lejos de aumentar el interés hacia dicho programa. Por qué me faltó agregar que en la sala de espera pocas personas pusieron más de dos minutos de atención a la televisión sin voltear a ver su celular y eso ya dice bastante.
Así que, como ya se mencionó en semanas anteriores, seamos más selectivos con lo que consumimos –ya sea al comer, escuchar, vestir, comprar y en este caso, ver— y no nos “traguemos” cualquier cosa, si los encargados de tales programas notan que no son vistos, pues no les quedará de otra más que hacerlo mejor y cuando eso sucedes ahí estaremos nosotros, como consumidores inteligentes para decidir si ya amerita nuestro tiempo y atención, o ¿no?