* Monseñor Salvador Rangel, responsable de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, respaldó la estrategia del gobierno federal para negociar la pacificación del estado con comunitarios

* Dijo que se debe incluir “a otros grupos” que también están a favor de la paz, y reveló que hace unos días se reunió con 4 líderes criminales, entre ellos ‘El Carrete’ antes de que fuera detenido

Alondra García

El obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, se ofreció como interlocutor entre el gobierno federal y los grupos criminales para que puedan establecer diálogo con miras a pacificar al estado.
Luego de que el martes la titular de la Secretaría de Gobernación (Segob), Olga Sánchez Cordero, informó que se encuentra en diálogo con autodefensas y policías comunitarias, como parte de la estrategia de pacificación y desarme de grupos armados en el país, el obispo Rangel Mendoza respaldó esa estrategia del gobierno federal, pero consideró que debe incluirse también a los grupos del crimen organizado.
“Yo siempre he dicho que tenemos que dialogar. El diálogo siempre es un instrumento de oro para entendernos, porque si permanecemos cada quién es una esquina del cuadrilátero, ninguno cede, la paz se nos aleja de las manos”, dijo el prelado.
Añadió que “el gobierno se tiene que abrir para escuchar, escucharse es una gran cosa, no sólo con grupos comunitarios, sino hablar con otros grupos. Yo estoy para ayudar, aunque sea de manera no oficial”, explicó.
Rangel Mendoza reveló que en las últimas semanas se reunió con cuatro jefes criminales que se pronunciaron a favor de la paz, e incluso dijo que se reunió con ‘El Carrete’, exlíder del cártel de ‘Los Rojos’, antes de que fuera detenido.
El obispo reveló que el jefe criminal estaba en la ruta de dialogar con un grupo rival para llegar a un acuerdo y disminuir la violencia.
Rangel Mendoza también alertó que en la sierra se vive una situación crítica porque “ya no se siembra amapola”, debido a la caída del precio de la goma de opio.
Detalló que hace dos años el kilo de goma, que sirve como base para la fabricación de heroína, costaba entre 35 y 40 mil pesos, pero a partir del año pasado, los grupos criminales pagan el kilo de goma a 3 mil 500 pesos.
Por ello, consideró que “es un momento que se debe aprovechar” para buscar un diálogo hacia la pacificación del país.
“Ahorita no se está sembrando amapola y es un momento que se debe aprovechar para pacificar, porque los campesinos no siembran amapola, se están yendo a las grandes ciudades o a Estados Unidos, por eso, muchos jefes de los guardias comunitarios ya no tienen trabajo”, expuso.