Rosario García

“Acusar a Antorcha Campesina de mantener secuestrado al subdelegado del gobierno federal en Zapotitlán Tablas, es evadir la responsabilidad que tienen las autoridades del gobierno de la República al no cumplir los compromisos que habían asumido con los campesinos”.
Así se expresó el dirigente estatal de Antorcha Campesina, José Juan Bautista Hernández, quien lamentó las acusaciones del delegado especial del gobierno federal, Pablo Sandoval Ballesteros, quien acusó a esa organización de mantener secuestrado a un funcionario federal.
Dijo que Sandoval quiso “responsabilizarnos de un delito en el que nada tenemos que ver, son las circunstancias de los usos y costumbres de los pueblos indígenas, quienes ante el peligro del incumplimiento de la promesa presidencial, y del retaso real del fertilizante en su entrega, no tuvieron otra alternativa para hacerse escuchar”.
Recordó que el programa de entrega de fertilizante ha funcionado durante 24 años, “los gobiernos estatales y municipales en turno, han resuelto este problema de los productores de maíz de Guerrero, de tal suerte que toda autoridad sabe las consecuencias que acarrea el atraso en la entrega de los beneficiarios de este importante insumo agrícola”.
Explicó que hasta el año pasado todos los alcaldes sabían que si no entregaban el fertilizante antes de concluir el mes de mayo, por cualquier razón, tenían que enfrentar toda una serie de protestas, algunos por cierto extremistas.
Pero si se entregaba antes de junio significaba entregarlo a tiempo, porque precisamente, es en ese mes cuando inician las lluvias y por tanto también, el periodo de siembra de maíz en todo el estado.
Sostuvo que con eso trata de ocultar la inacción de las instancias agropecuarias del gobierno federal y también el incumplimiento de las promesas del presidente de la República, “quien empeñó su palabra a los campesinos guerrerense de entregar insumos suficientes y de buena calidad para producir maíz a través del programa federal de fertilizante gratuito”.
Bautista aseguró que el error fue en querer obligar a los campesinos a cumplir con los diferentes trámites burocráticos que amenazaban dejarlos fuera del programa, y que a pesar de hablar con los responsables de ese programa no hicieron caso, “les pedimos agilizar la entrega del fertilizante a los campesinos pues los tiempos así lo exigían, pero nuestros argumentos poco han influido en las decisiones de los señores funcionarios”.
Y advirtió: “a nuevos funcionarios federales les parecerá exagerado que digamos que el campesino de Guerrero está dispuesto a mucho por el fertilizante, pero es una realidad, pues ven en peligro su alimentación básica y con ello su existencia y la de su familia”.