* Encabezados por Arcángel Ramírez y con ayuda de normalistas de Ayotzinapa, cetegistas irrumpieron violentamente en el Congreso del Estado y durante 40 minutos destruyeron vidrios, muebles, equipo de cómputo y documentación

* Diputados de Morena, encabezados por Antonio Helguera, los invitaron a dialogar, pero los cetegistas los ignoraron; al final advirtieron que a toda acción del gobierno federal, “habrá una reacción”

Jesús Saavedra

Maestros de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero irrumpieron de manera violenta en las instalaciones del Congreso del Estado, donde destruyeron mobiliario, equipo de oficina, puertas, ventanas e incendiaron varios expedientes que sacaron del área de la Biblioteca del Legislativo, para rechazar la Reforma Educativa que promueve el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Este jueves, profesores disidentes, trabajadores del Colegio de Bachilleres, de la Sección 18 del Sindicato Único de Servidores Públicos del Estado de Guerrero (SUSUPEG), jubilados y pensionados, además de estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, realizaron una marcha en esta capital, para exigir al gobierno federal la abrogación total de la Reforma Educativa aprobada en el 2012, como se comprometió el actual presidente.
La movilización inició en las oficinas del ex Ineban, donde se reunieron más de mil personas, que marcharon por la avenida Rufo Figueroa, Lázaro Cárdenas y bajó hacia la avenida Trébol, donde se ubican las instalaciones del Congreso del Estado, y ahí realizaron un mitin.
Hablaron un representante de cada contingente que participó en la marcha, quienes exigieron que el presidente López Obrador abrogue por completo la Reforma Educativa aprobada en el sexenio de Enrique Peña Nieto, y desde un altavoz un maestro advirtió que esta movilización “es una probadita de lo que puede suceder en Guerrero si insisten en mantener esta reforma espuria”.
En ese momento, unos diez profesores de la CETEG ya se habían cubierto sus rostros y arremetían con empellones contra el acceso principal del inmueble, que es una reja la cual ha sido reforzada a partir de las manifestaciones que han irrumpido en la sede del Legislativo.
Tres profesores se brincaron la reja y empezaron a golpear los candados que mantenían cerrado ese acceso, para lo cual sacaron del automóvil donde estaba el sonido, un esmeril con el que cortaron al menos tres candados.
El portón que da acceso al inmueble fue cerrado por los guardias de seguridad, quienes le colocaron unas cadenas con candados para evitar que siguieran avanzando los maestros disidentes.
A ese lugar precisamente llegaron los diputados de Morena, Antonio Helguera Jiménez, Alfredo Sánchez Esquivel, Arturo Martínez Núñez y Ricardo Castillo Peña, quienes pidieron a los guardias que quitaran las cadenas para poder dialogar con los manifestantes, que para ese momento ya habían abierto parte de esa reja, ingresando al menos una docena de maestros disidentes.
Los legisladores de Morena les ofrecían una mesa de diálogo para atenderlos, pero fueron vilipendiados con insultos e incluso les aventaron desde la calle varias botellas con agua y objetos que cayeron en el lugar donde se encontraban los diputados.
Ante la agresividad de los cetegistas, Castillo Peña empezó a gritar y a señalar a uno de los profesores disidentes que tenía su rostro cubierto y los acusó de estar borracho. “Es una pena que estos señores se digan indignados y sean maestros, está tomado, está tomado, huele a alcohol, huele a alcohol”, gritó el legislador de Morena.
La actitud del legislador de Morena sólo provocó que se encendieran los ánimos de los maestros encapuchados, quienes lo dejaron gritando y se dirigieron hacia el interior del Congreso del Estado, donde durante 40 minutos destruyeron todo lo que estaba a su paso.
Primero se dirigieron a la Biblioteca, donde destruyeron botes de basura, rompieron puertas, ventanas, sillas, sillones y equipos de cómputo que estaban en esa área del inmueble.
Luego se dirigieron a la planta baja del edificio de oficinas de los 46 diputados del Congreso del Estado. Ahí reventaron a patadas puertas de oficinas, rompieron computadoras, escritorios, sillas, sillones y tiraron documentación que sustraían de esas oficinas.
Enseguida los profesores abrieron una puerta de la sala de juntas privada que da acceso al salón de plenos o de sesiones. Encontraron a oscuras el recinto y a pesar de eso empezaron a destrozar sillas y sillones que ocupan los legisladores, y abrieron a patadas la puerta de acceso que comunica hacia el vestíbulo y la zona de galerías.
En ese lugar se metieron al sitio donde se controla el sonido del salón de sesiones, la cafetería, tiraron garrafones de agua, destrozaron el mobiliario, bocinas y mesas.
Los maestros disidentes se retiraron de ese lugar y pasaron de nuevo a la Biblioteca, donde rompieron una puerta de acceso y sustrajeron del interior tres cajas de archivo muerto con documentación, a las cuales les prendieron fuego a dos metros de la reja de acceso al Congreso, donde estaban sus demás compañeros.
Los cetegistas salieron de la sede del Congreso dejando tras de sí una estela de destrucción, pero afuera detuvieron a un policía del estado al que sorprendieron y le quitaron el escudo que llevaba, lo hicieron caminar unos metros y posteriormente lo liberaron.
Mientras los cetegistas vandalizaban las oficinas del Congreso, afuera normalistas de Ayotzinapa retuvieorn al menos seis camionetas de empresas de Yoplait, Sabritas, Ricolino, Lala, las cuales se llevaron a sus instalaciones en Tixtla.
Al finalizar la marcha, el dirigente de la CETEG, Arcángel Ramírez Perulero, justificó que su violenta irrupción en el Congreso del Estado fue en respuesta porque en la anterior movilización no les permitieron expresarse a los maestros disidentes en la tribuna del salón de sesiones.
Advirtió que a cada “acción, habrá una reacción”, por lo que solicitaron a los legisladores locales que estén “a la altura de las circunstancias” por la discusión en las próximas semanas de la Reforma Educativa, cuando ésta sea aprobada por el Congreso de la Unión.
Ramírez Perulero reiteró que harán un paro laboral de 72 horas a partir del 15 de mayo en la capital del país y en diversas ciudades de Guerrero, durante el cual realizarán movilizaciones para exigir al presidente López Obrador la abrogación total de la Reforma Educativa que se aprobó en 2012.