* La Dirección de Panteones y Velatorios del municipio negó el permiso a la petición que hizo la Arquidiócesis de sepultar al sacerdote Serafín Arzate Silva en el interior de la iglesia San Cristóbal
ANA LILIA TORRES
ACAPULCO.— Autoridades de la Dirección de Panteones y Velatorios del municipio, impidieron que fuera sepultado el sacerdote Serafín Arzate Silva, en el interior de la iglesia San Cristóbal, ubicada en la colonia Progreso de Acapulco.
La Arquidiócesis de Acapulco hizo una petición por escrito al Ayuntamiento para que se autorizara la inhumación del presbítero, quien falleció el martes 16 de abril y estuvo al frente de esta parroquia por 38 años.
Feligreses y vecinos se empeñaban en sepultar al sacerdote dentro de las instalaciones de la parroquia y molestos defendían su derecho como católicos de inhumarlo, incluso sin autorización municipal.
A la iglesia de San Cristóbal llegó el director de Panteones y Velatorios, Ignacio Pérez Palma, quien habló con los feligreses y con el cura Agustín Pita, para informarles que fue negada su petición, ya que sepultar al sacerdote dentro de las instalaciones de la parroquia viola el artículo 115 constitucional.
“No podemos otorgarle el permiso para ser enterrado aquí porque está fuera de la normatividad del municipio”, le explicó el funcionario municipal al sacerdote y feligreses católicos.
También llegaron al lugar funcionarios de la Dirección de Gobernación Municipal, de Comunicación Social, Departamento Jurídico y Secretaría de Salud.
Mientras se desarrollaba una misa de cuerpo presente, el director de Panteones les ofreció, por parte de la alcaldesa Adela Román Ocampo, sepultarlo en cualquiera de los cuatro cementerios municipales, “para que sea enterrado como lo marca la ley, con todos los permisos del municipio”.
Les advirtió que hacerlo en ese lugar sin autorización del municipio, incurrirían en un delito, además de que “al enterrar aquí al padre, cualquiera va a querer sepultar aquí y entonces se va a convertir en un panteón, entonces no se puede”.
El funcionario añadió que el sacerdote era también ciudadano e hijo de Dios y que también todos los demás lo son, por lo que después van a querer todos convertir la iglesia en un cementerio.
El sacerdote Agustín Pita respondió que fue él quien llevó el oficio de solicitud al Ayuntamiento y que no buscan violentar la ley, por el contrario, respetarla, de modo que pidió la negativa del municipio por escrito, lo cual se le entregó.
Finalmente, los feligreses decidieron trasladar más tarde los restos del sacerdote Serafín Arzate Silva al panteón de Las Cruces para darle sepultura.
