El nonagenario PRI
Por Pancho Naranjas
La noche del martes pasado vi en la tele (ForoTV) la entrevista que le hizo en “Es la hora de opinar” el conductor de ese programa nocturno de debates Leo Zuckermann, a la aún presidenta del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Revolucionario Institucional, Claudia Ruiz Massieu Salinas. Si bien la hija del que fue gobernador de Guerrero, José Francisco Ruiz Massieu, creo que es una mujer preparada e inteligente, desde mi particular opinión, le resultó prácticamente imposible dar una explicación convincente sobre la catástrofe sufrida por el ahora partidito político que es el PRI. En primera, porque mientras no se reconozca que sus actuales y los recientes dirigentes del antiguo partidazo, y el enamorado expresidente Enrique Peña Nieto, son los culpables de haber hecho añicos al tricolor junto con su candidato presidencial José Antonio Meade, hoy convertido en bien pagado banquero, el tricolor difícilmente recuperará su condición de partido con militantes dispuestos a levantarlo de la lona y hacerlo resurgir, como el Ave Fénix, de entre sus cenizas y convertirlo nuevamente en un partido político competitivo… si lo permite Andrés Manuel López Obrador.
Sentado en la silla presidencial, jefe de Morena y de las mayorías de los diputados y senadores de las dos cámaras legislativas que conforman el Congreso de la Unión, y por lo menos la mitad de los congresos de los estados y un buen bonche de gobernadores y presidentes municipal, con una aceptación ciudadana que lo convierte, según las encuestas y sus panegiristas –que abundan más que las hormigas—, en uno de los presidentes más populares del mundo, Don Andrés Manuel, dueño de los espacios informativos de todos los noticieros televisivos habidos y por haber, que replican tooodo el día, a tooodas horas, tooodo lo que dice en sus conferencias de prensa mañaneras, difícilmente permitirá que el casi cadáver político que es el PRI resucite antes de que lo echen a la fosa del cementerio de la basura histórica.
Esto se lo traigo a cuento porque me parece que los dirigentes (dirigentes, no líderes, porque no tienen esa estatura), siguen sin recuperarse del brutal nocaut que les propinó la ciudadanía en las elecciones del año pasado y no atinan a vislumbrar el camino a seguir para alcanzar la recuperación política y convertirse en un partido de oposición más o menos atractivo porque, aunque usted no lo crea, hay militancia priísta de mucha valía.
Sólo que, para que el PRI, como Lázaro, se levante y ande, esa militancia priísta necesita un liderazgo que le infunda bríos, que la reanime políticamente y que la conduzca hacia la senda de los triunfos electorales. Obviamente, apartándose de las viejas prácticas que llevaron al tricolor a la debacle electoral.
Ya se verá, pero no prosperará la intención de forjar un nuevo PRI con políticos chafas como el exgobernador oaxaqueño Ulises Ruiz y otros más que por ahí andan picando piedra tratando de convencer a los priístas que ellos pueden ser los que resuciten al PRI.
No. El PRI necesita líderes auténticos, carismáticos, que tengan ideas y convicciones, que convoquen a la lucha política y la militancia lo siga. Los oportunistas, los cartuchos quemados, lo único que van a lograr es hundir más al partidazo.
Ya veremos qué sucede en las próximas semanas.
UNAS FRASES PARA REFLEXIONAR Y ENTRETENERSE:
Son, por cierto, de Ramón Durón, el famoso Filósofo de Güemes:
En su memoria
*Cabrón es el que repite plato… pero más cabrón es el que pide pa’ llevar.*
*Algunos matrimonios acaban bien… otros duran toda la vida.*
*De los 100 problemas que tengo…1 es por pendejo y 99 por metiche.*
*El que anda hecho madre se muere… y el que no, también.*
*El dinero no te da la felicidad… sobre todo si es poco.*
*En política, el que sabe, sabe… y el que no, es jefe.*
*Encuentra un pendejo… y encontrarás un tesoro.*
*Estamos como estamos… porque somos como somos.*
*La pereza es la madre de todos los vicios… y las telenovelas el vicio de todas las madres.*
*Primero es el 1 y después el 2 pero en el 21… ¡se chingó el 1!*
*Nunca discutas con un pendejo… la gente puede no notar la diferencia.*
*Lo que está bien… no puede estar mal.*