* Monseñor Salvador Rangel reiteró que en la visita que le hizo al Santo Padre en El Vaticano, éste le dijo que “no dejemos avanzar la cultura de la muerte” en Guerrero
Alondra García
El obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, dijo que en su reciente visita al Papa Francisco en El Vaticano, le confirmó que aún mantiene comunicación con los jefes del narcotráfico.
El prelado celebró la misa en la Catedral de La Asunción de María, con motivo del Miércoles de Ceniza, y al término de la celebración eucarística informó a sus feligreses sobre su visita al Santo Padre, del martes 26 de febrero al viernes 1 de marzo.
Reveló que tuvo la oportunidad de platicar con el Papa Francisco sobre la situación de violencia que enfrenta el estado de Guerrero.
“El miércoles saludé al Papa y estuve platicando con él (…) de la situación de Guerrero. Le pregunté qué le mandaba decir a la gente de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, y me dijo que tres cosas: ‘que los quiero mucho, que estoy con ellos y que no dejemos avanzar la cultura de la muerte’. Entonces reciban ese saludo cariñoso”, contó el obispo.
Al término de la misa, Rangel Mendoza concedió una breve entrevista a los medios de comunicación en la que abundó sobre su encuentro con el Santo Padre.
Dijo que tuvo la oportunidad de contarle al Papa sobre sus encuentros con los jefes de la mafia y sus constantes recorridos en zonas de alta violencia como Chilapa, las comunidades de la sierra y los municipios de la región Tierra Caliente.
“Yo le expliqué al Papa que Guerrero es el estado más violento, por las desapariciones y asesinatos que se están dando”, apuntó.
Incluso dijo que algunas congregaciones en El Vaticano le preguntaron si mantiene el diálogo con los jefes del narcotráfico, y que les confirmó su permanencia en esa labor, pero aclaró que no está del lado de ningún cártel de drogas, ya que su labor es meramente pastoral.
“Allá en Roma saben perfectamente lo que pasa en Guerrero”, afirmó el obispo.
Llama a orar por la paz
Durante la homilía, el prelado hizo un llamado a los feligreses para acercarse a Dios con fe y humildad, “reconociendo que somos pecadores, que somos humanos y que cometemos errores”.
“En el mundo que vivimos hoy día necesitamos más oración, comunicarnos con Dios, pedirle que nos ilumine, que nos perdone, que nos fortalezca. En este mundo actual tan ajetreado, tan veloz en que vivimos, necesitamos darle ese espacio al espíritu, darle espacio a la oración”, expuso.
Por ello, exhortó a los católicos a prepararse a través de la oración, la penitencia y la limosna, preparación a través de la oración, la penitencia y la limosna con la iglesia, los pobres y los necesitados.
En ese sentido, recordó que vivió en Tierra Santa durante seis años, donde tuvo la oportunidad de convivir con musulmanes, a quienes reconoció como “buenas persona”.
Incluso los puso como ejemplo al momento de hacer penitencia durante el Ramadán, mes en el que los musulmanes practican el ayuno diario. “A mí me admiraba que un musulmán no toma ni agua en todo el día”, expresó.
El obispo Salvador Rangel explicó que el ayuno “es para enseñar a dominar nuestros sentimientos, nuestro cuerpo. Esto es muy importante porque cuando le damos rienda suelta al cuerpo, a las pasiones, cuando le damos rienda suelta a los sentimientos es cuando metemos la pata”.
Respecto al ofrecimiento de limosna, dijo que no es necesario que los feligreses “llenen los canastos de la catedral”.
En cambio, les dijo que pueden apoyar “a un vecino, a un viejito, a una ancianita, ir a la cárcel, al tutelar de menores o a un niño pobre en la escuela”, para despertar el “espíritu caritativo”.
También llamó a los feligreses a vivir una “cuaresma ecológica, de estar en armonía con la creación”.
“Armonía con Dios, armonía con nosotros mismos y armonía con la naturaleza. Así es como evitamos pecados, porque también hay que evitar los pecados contra la naturaleza, contra las criaturas creadas por Dios”, apuntó.