* La noche de los cuchillos largos, el origen
* Es Pablo A. Sandoval, promotor del odio
* Soy un guerrerense digno: Astudillo a AMLO

Jorge VALDEZ REYCEN

Las definiciones llegaron, al final de cuentas.
Lo ocurrido esa “noche de cuchillos largos” de fin de año, donde el presupuesto de egresos 2019 iba a ser tijereteado a gusto por el súperdelegado Pablo Amílcar Sandoval y se frustró con una operatividad política que evidenció la intromisión descarada y cínica del funcionario –denunciada ante la Secretaría de Gobernación y parada en seco por Olga Sánchez Cordero y Zoé Robledo, subsecretario de Gobernación—, fermentó en una agria venganza que se consumó 10 días después, en Tlapa, ante el propio Andrés Manuel López Obrador.
Quedó implícita la ausencia de hombría de Pablo Amílcar. Reacio a aceptar como suya una posición vertical, poderosa, a ultranza de mandamás en los destinos de una facción del Congreso morenista mayoritario dócil y sumiso, Pablo lo negó. También se deslindó del agravio vergonzoso, delirante, de Tlapa ante los ojos de un Andrés Manuel que tuvo que calmar al vocerío y dar la cara por sus huestes bárbaras.
Aquí lo adelantamos: la hora de las definiciones era inexorable. El rompimiento, inevitable, como las bajas pasiones desatadas por el egocentrismo inconmensurable del promotor del odio y las confrontaciones.
Héctor Astudillo Flores ofreció un trato cordial, respetuoso, institucional y le contestaron con ofensas, dislates, exabruptos, encono y rabia. El oficio político quedó en la anécdota, al enfrentar la rechifla y los abucheos como argumento falaz de los desposeídos de esa condición. Prevaleció la subcultura callejera, un anonimato mal disfrazado y el goce de una venganza-escarmiento mal llevada al plano presidencial del oprobio. ¿Y si los abucheos hubieran sido para AMLO? ¡Uta madreeeeee!!
Mire lo que le dijo Astudillo a AMLO, delante de Pablo Amílcar:
AMLO.- Mi gobernador, gracias por todo. (Lo abraza).
HAF.- No me merezco ese trato indigno. No está bien. Pero yo ya no vuelvo a venir a ningún acto suyo.
AMLO.- No no no… Es que no entienden. No no no…
HAF.- Si yo no sirvo, me hago a un lado.
AMLO.- No no no no…. (interrumpe al gobernador).
HAF.- Te lo digo en serio.
AMLO.- Por lo que a mi corresponde te ofrezco una disculpa…. Te ofrezco…
HAF.- Soy un guerrerense muy digno. No estoy acostumbrado a que me falten el respeto. Porque siempre he dado respeto a todos.
AMLO.- Por lo que a mi corresponde te ofrezco una disculpa… Por lo que a mi corresponde le ofrezco una disculpa. (Se dan la mano). Le ofrezco una disculpa… ¿eh? (lo vuelve a abrazar AMLO).
Astudillo ya no dijo más. Buscó a ver, de frente, a Pablo Amílcar quien esquivó la mirada hacia la cámara de un teléfono celular que recogió este diálogo. Toda la conversación la escuchó el autor directo de las ofensas contra el gobernador y quien, finalmente, echó por tierra todo el evento de lucimiento del presidente a tan noble programa en beneficio de un millón de personas con discapacidad.
Astudillo fue muy enfático con AMLO y éste, evidentemente contrariado, apenado por lo que decía Héctor Astudillo ofreció disculpas. Fue la primera vez que vi a un gobernador Astudillo muy serio, extremadamente serio.
Nos leemos… SIN MEDIAS TINTAS.