* Ayer en la madrugada, unas 50 personas regresaron caminando a Chichihualco debido a que el miércoles y jueves hubo nuevos enfrentamientos a balazos en los que participaron civiles armados de Tlacotepec
*Los hombres se quedaron en su pueblo para defender sus hogares y pertenencias ante una nueva irrupción de los comunitarios, y denunciaron que militares no quieren hacer nada para contenerlos
Carlos Navarrete Romero
CHICHIHUALCO.— Mujeres y niños, habitantes de la comunidad de Los Morros, municipio de Leonardo Bravo, huyeron por segunda ocasión de sus hogares luego de que ocurrieron nuevos enfrentamientos el miércoles y jueves en la sierra, en los que presuntamente estuvieron involucrados policías comunitarios de Tlacotepec.
La huida comenzó a las 4 de la madrugada de este viernes. Alrededor de 50 personas abandonaron sus hogares a pie. Caminaron durante casi 11 horas hasta esta cabecera municipal sin alimentos, agua, ni resguardo policiaco. Para viajar ligeras no llevaron consigo ninguna pertenencia, sólo la ropa y los zapatos que llevaban puestos.
Los desplazados son mujeres y niños. Los hombres se quedaron para defender su pueblo, ante la amenaza de que los comunitarios de Tlacotepec irrumpan en Los Morros, como ocurrió hace semanas en Filo de Caballo.
La versión de las mujeres es que el miércoles, muy cerca de su comunidad, ocurrió un enfrentamiento a balazos que se prolongó varias horas. El hecho se repitió el jueves, y a pesar de que hay presencia de soldados del Ejército, aseguraron que éstos no hicieron nada.
“Nosotros acudimos a los soldados, pero nos dijeron que no quieren problemas, decían que no podían desarmarlos (a los comunitarios), nos dijeron que no nos iban a apoyar, la verdad”, dijo una de las mujeres.
Un menor que iba en la caravana contó que el miércoles, en cuanto se escucharon las detonaciones, se escondió debajo de su cama para protegerse las balas perdidas. Afirmó que ahí estuvo el tiempo que duró el enfrentamiento.
Dijo que a sus vecinos también los ocultaron, algunos en los roperos, y aunque de a ratos las detonaciones cesaban, no les permitían salir. Su padre se quedó en el pueblo no sólo para defender su hogar, en caso de una invasión de la comunitaria, sino también para proteger a sus abuelos. Por su edad, éstos no pudieron huir con la caravana.
Aseguró que desde mayo no hay clases en Los Morros, pues los docentes dejaron de subir a trabajar en las escuelas debido a los constantes hechos de violencia.
Las mujeres del pueblo responsabilizaron a los policías comunitarios de Tlacotepec, a los que vinculan con un grupo de la delincuencia organizada que opera en la zona, de los enfrentamientos ocurridos el miércoles y jueves.
“Los únicos que se quedaron fueron nuestros maridos, se quedaron a defender el pueblo, porque el gobierno no hace nada. Nosotras decidimos salirnos por los niños, porque las balas pasan por las casas y les puede pasar algo, por eso decidimos salirnos”, señaló otra mujer.
Poco antes de llegar a la cabecera, personal de Protección Civil del Ayuntamiento de Leonardo Bravo les dio alcance a las personas desplazadas para trasladarlas en varias camionetas al auditorio municipal.
Los desplazados exigieron al gobernador Héctor Astudillo Flores que intervengan ante ese problema, pues es la segunda ocasión en este mes que tienen que abandonar su comunidad por la violencia que prevalece en esa zona, que es una de las principales productoras de amapola en el país.
“Queremos que haya gobierno, que sea seguro, que nos ayuden a nosotros, no a ellos, que no los defiendan a ellos. Vimos que los militares están con los comunitarios, y nosotros a ellos no los queremos”, dijo.
El pasado 11 de noviembre, cientos de familias de siete comunidades de Leonardo Bravo, incluidas de Los Morros, abandonaron sus pueblos luego de que la autodefensa de Tlacotepec tomara el control de Filo de Caballos, hecho que desató un enfrentamiento en el que presuntamente murieron siete personas.