Isidro Bautista
Los recientes resultados electorales definieron un nuevo e inesperado escenario político que tuvo diferentes circunstanciales y que motivaron el afloramiento de una energía negativa acumulada, que resultó imposible seguir conteniendo.
Las insatisfacciones sociales, alimentadas por desaciertos, abusos e injusticias, colmaron la paciencia de la ciudadanía, lo que dio como consecuencia la respuesta categórica del pueblo, lo que nos ha obligado a todos a una profunda reflexión y a la exigencia de asumir un nuevo comportamiento ético.
Nuestra entidad, Guerrero, no fue la excepción de este fenómeno electoral y de que a pesar, de que el ejercicio de gobierno genera un desgaste natural, el titular del Ejecutivo del Estado, Héctor Astudillo Flores, investido de modestia y sencillez y de un vigoroso ánimo, ha venido encarando responsablemente los graves retos que cotidianamente se presentan.
Conscientes de la nueva realidad política, la Asociación Civil “Por un Mejor Guerrero”, a la que un servidor pertenece desde hace ocho años con Raúl Salgado Leyva al frente, ha tenido la certeza de pronunciarse públicamente por convocar a los guerrerenses a mantenerse unidos, ya que, por encima de todo, se debe procurar que prevalezcan la paz, la armonía y el bienestar de las familias.
Debe aceptarse, sin reserva, el veredicto ciudadano hecho en las urnas y desterrarse el encono, el odio, la aspereza y la diatriba, como dio muestra el hoy senador electo Félix Salgado Macedonio, de saludarse institucionalmente con Astudillo el lunes pasado en Chilpancingo, al igual que los alcaldes electos de Chilpancingo y Acapulco, Antonio Gaspar y Adela Román, respectivamente.
Debe uno apartarse de todo aquello que divida y asumir resueltamente una actitud institucional y solidaria en torno al gobernador Astudillo Flores, por el bien de todos y de Guerrero.
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