Alejandro Mendoza
En la actualidad hay una terrible confusión con los conceptos que se emplean al referirse a la violencia de pareja. Y la verdad las cifras y casos de esta naturaleza han crecido abruptamente en los últimos 20 años. Hay situaciones bastante desesperanzadoras para adolescentes y jóvenes que comienzan una relación en pareja.
Se entiende por violencia de género aquella acción que ejercen los hombres sobre las mujeres por el sólo hecho de ser mujer. Las cuatro condiciones que debe cumplir para ser violencia de genero son: 1.- El agresor siempre es un hombre. 2.- La víctima siempre es una mujer. 3.- La causa son las relaciones de poder entre los sexos. 3.- El objetivo es el control y dominio de las mujeres.
En tanto que la violencia de pareja es ejercida por cualquier de los dos, sea el hombre hacia la mujer, o la mujer hacia el hombre. Y en los casos de violencia familiar o doméstica se refiere a la violencia ejercida por parte de uno de los miembros contra otro.
En una relación violenta los agresores son mayoritariamente los hombres en un 90 por ciento de los casos. La Naciones Unidas reconoce que “el maltrato a la mujer es el crimen más numeroso del mundo”.
Es importante destacar que la violencia doméstica es un patrón de conducta que tiene como finalidad controlar a otros y tiene como principales referentes que se trata de un comportamiento que castiga a una persona o la hace víctima, daña a la persona a la que está dirigido, si no se interviene es escalable y está relacionado con el poder y el control.
Se conoce que los tipos de violencia intrafamiliar son los siguientes: 1.- Física: se lastima a la esposa, pareja, niños, padres, ancianos, hermanos u otros familiares o personas que vivan en la misma casa; 2.- Sexual: comienza con comentarios sexuales degradantes y manoseos contra la voluntad de la víctima; Emocional, psicológica y verbal: comienza con insultos y aumenta de intensidad con comentarios humillantes, amenazas y culpando a la víctima; 4.- Social, ambiental: condiciones sociales que refuerzan la conducta del abusador, como serían los papeles rígidos asignados a hombres y mujeres, al ver a las mujeres como objetos.
Y en el caso de la violencia de pareja no sólo es el golpe o la paliza, violencia también es ignorar y menospreciar los sentimientos, deseos y opiniones del otro u otra. Hay factores que influyen en la violencia de pareja, la cual se comienza a manifestar desde el noviazgo, y éstos tienen que ver con antecedentes de malos tratos en la familia.
La violencia se aprende, tanto a ejercerla como a sufrirla. El niño o la niña sometidos a la violencia en su infancia, tenderá a repetir el patrón en su vida adulta. Y la desvalorización de la mujer es resultado de la proliferación de una cultura machista en donde se le ve como un ser de menor valor. Y esa formación tienen niños, adolescentes y jóvenes.
Pero también hay ideas erróneas del amor romántico en donde por mantener a la pareja se cede tanto que, se llega al punto en donde la persona pierde la identidad, la dignidad y el respeto por sí misma.
Se debe tener mucho cuidado y prender los focos amarillos cuando se comienzan a dar las siguientes señales de abuso en una relación matrimonial o de pareja. Cuando su pareja la vigila demasiado, por ejemplo, escucha sus conversaciones telefónicas, quiere saber dónde está en todo momento, checa el kilometraje de su auto o revisa su bolsa de mano o su agenda. Cuando su pareja lo humilla con frecuencia, por ejemplo, lo insulta, critica o humilla ya sea en público o en privado. Cuando su pareja trata de controlarlo, por ejemplo, le dice a quién puede o no puede ver o le impide que vaya a trabajar, a la escuela, a reuniones sociales o familiares. Cuando su pareja actúa con celos, posesivo y dice que lo hace por amor. Cuando su pareja destruye o amenaza con destruir sus pertenencias. Cuando su pareja amenaza con lastimarla o a un ser querido, la asusta, la lastima, le echa la culpa de todo, se burla o la minimiza o la obliga a tener relaciones sexuales.
Cuando se vive en un contexto así, lo mejor es hablar y denunciar toda esa situación venciendo el miedo con el fin de terminar esos abusos, evitar dependencia económica o emocional, pero principalmente, evitar alguna muerte por accidente o asesinato, resultado del escalamiento de la violencia en pareja.
Los errores fueron míos, los aciertos de Dios, sonría, sonría y sea feliz
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