Alejandro Mendoza

Hay conductas de las personas que han destruido vidas, familias, gobiernos, sociedades, comunidades, proyectos, objetivos, planes y el futuro. Hoy como nunca se puede comprender el terrible saldo que ha dejado la frialdad y maldad humana. La destrucción está a la vista, y no se puede negar ni esconder.
Es sorprendente que a pesar del escenario tan adverso que le ha tocado enfrentar a la actual generación, aún se puede conocer de personas interesadas en que las cosas pueden mejorar en todas las áreas de la vida del ser humano y de la sociedad.
Desde luego que no bastan las buenas intenciones, si no que se requiere de acciones concretas y contundentes que propicien realmente esfuerzos encaminados a mejores contextos integrales de la vida de la persona.
Cada quien puede dar constancia de los estragos que provocan las conductas nocivas en las diferentes áreas de la sociedad que provocan corrupción, deshonestidad, violencia y toda clase de delitos que alientan un clima de zozobra y temor.
Ahora bien, lo interesante es identificar en dónde surge la conducta nociva de la persona. Y aunque son rasgos de personalidad comunes, en ocasiones resulta difícil descifrarlas porque están escondidas detrás de los rostros de personas que parecen ser amables y tenerlo todo, buena familia, excelente formación académica y profesional, pero como dice el adagio popular, “caras vemos, corazones no sabemos”.
Psicólogos, psiquiatras y médicos las clasifican en dos grupos: positivas y negativas. Las negativas, dicen, tienen un poder tóxico que puede dañar cualquier vínculo, ya sea afectivo, familiar o laboral.
Ralph Ryback, doctor que ha enseñado en varias instituciones como la Escuela de Medicina de Harvard, en Estados Unidos, afirma que hay cinco emociones recurrentes y tóxicas que dañan las relaciones. Estas son las cinco conductas más nocivas según Ryback: Los criticones, los pasivo-agresivos, los narcisistas, los de piedra, los antisociales
Se habla de nocivo a todo aquello considerado como peligroso o dañino para la vida de una persona, de cualquier ser vivo y del ambiente.
También existentes otras conductas que generan afectaciones en las relaciones personales.  
1.—Mentiras y “chismes”: no importa si son grandes o pequeños engaños que perpetramos para hacer sentir mejor a otros: todos mentimos en algún momento.
2.—La placentera violencia: todos sabemos que la violencia no es la forma de solucionar los conflictos, pero diversos estudios afirman que la buscamos por las mismas razones que al sexo o la comida: por placer.
3.— Robar: irresistible, la insaciable conducta de satisfacer necesidades de la manera más fácil.
4.— Las traiciones: muy común cuando hay de por medio poder y dinero.
La realidad es que las personas tienen ante sí el gran dilema de elegir cuál camino quieres transitar.
Los errores fueron míos, los aciertos de Dios, sonría, sonría y sea feliz
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