* El obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel, criticó que al sacerdote Muñiz García se le pretenda vincular con la delincuencia organizada

Carlos Navarrete

APANGO. — Con la exigencia de que no vuelva a ocurrir un hecho parecido y un llamado de auxilio a la federación para frenar el problema de violencia en Guerrero, este martes fue sepultado el sacerdote Germaín Muñiz García, asesinado la madrugada del lunes en Taxco junto al presbítero Iván Añorve Jaimes.
Ayer al mediodía el obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, ofició una misa de cuerpo presente en la parroquia de San Francisco de Asís, en la cabecera del municipio de Mártir de Cuilapan, de donde era originario Muñiz García, párroco de la iglesia de San Cristóbal ubicada en Mezcala.
Durante la misa y la sepultura hubo presencia de policías estatales armados, tanto en la catedral como en el cementerio de la cabecera. También asistieron amigos y miembros de la familia Muñiz García, habitantes de ese municipio y sacerdotes de la Diócesis.
En su mensaje durante la ceremonia religiosa, Rangel Mendoza pidió al gobierno federal “voltear a ver a Guerrero” y que ayude a frenar el problema de violencia que se registra en las diferentes regiones de la entidad.
“Que esto no suceda más, ni en la persona de un sacerdote ni en la persona de cualquiera de nosotros”, dijo el obispo, quien añadió que “la muerte del padre Germaín nos debe llamar a la reflexión y debe servirnos para no quedarnos hundidos, trabajar juntos por la paz que necesitamos”.
Rangel Mendoza dijo que no coincide con la expresión de “ni perdón ni olvido”, muchas veces utilizada en las movilizaciones de estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, y llamó a los guerrerenses a no pensar en venganza, “porque Jesús nos enseñó el amor y la misericordia”.
Además, aseguró que los sacerdotes asistieron a un jaripeo de Juliantla, comunidad del municipio de Taxco, para tener acercamientos con algunos productores musicales, pues ambos tenían talento en el canto y pretendían incursionar en ese ámbito.
Criticó las versiones que pretenden vincular al sacerdote Germaín Muñiz con la delincuencia organizada, y expresó que el asesinato de los dos presbíteros fue un “incidente”, pues cuando regresaban de Juliantla rebasaron un vehículo en el que se trasladaban hombres armados, quienes molestos por esa acción les dieron alcance y dispararon en su contra.
“Desafortunadamente el crimen organizado ha cobrado dos víctimas en la persona de dos sacerdotes jóvenes, una vez más estas tierras se tiñen de sangre y yo pudiera decir de sangre inocente y de sangre sacerdotal”, señaló.
Al concluir la misa, Rangel Mendoza pidió a al gobierno federal apoyar al estado principalmente en la Sierra y la Montaña, “meterle un poquito más el hombro a Guerrero en materia de desarrollo”.
Luego de la ceremonia, el féretro de Germaín fue cargado hasta el panteón municipal. En el cortejo fúnebre participaron más de 500 personas.
Ahí, Alberto García Mendoza, tío de Germaín Muñiz, agradeció las muestras de solidaridad de la población, así como de la comunidad diocesana, y se sumó al llamado del obispo para que, lejos de guardar rencor a los responsables del crimen, trabajen juntos por la construcción de la paz.
“Es triste perder a alguien. El padre Germaín, un hombre que desde que se hizo seminarista, desde que inició esta profesión católica, demostró entusiasmo y entrega a esta carrera que eligió. Hoy estamos muy triste, como decía el señor obispo, no vamos a decir que ni perdón ni olvido, vamos a pedir a Dios que cuide, apoye y perdone a nuestro párroco Germaín”, expresó.
DESPIDEN A IVÁN
Los restos del padre Iván fueron recibidos por los feligreses católicos en el poblado de San Luis la Loma, donde fue velado y este miércoles sería sepultado.
El féretro de madera que contenía el cadáver, fue trasladado hasta Tecpan en la región Costa Grande. Sus familiares siempre fueron junto a la carroza fúnebre que hizo una parada en Atoyac.
Al menos un centenar de personas, en su mayoría mujeres, se congregaron a la orilla de la carretera federal Acapulco-Zihuatanejo, a la altura de la comunidad de la “Y”, y cerca de las 13:10 horas de este martes detuvieron a la carroza.
Ahí despidieron al párroco de la Iglesia de Santa María la Asunción, entre rezos y llanto, así como reproches al gobierno.
Al continuar su camino se sumaron más personas al cortejo fúnebre, siguiendo el recorrido hasta Tecpan de Galeana, tierra natal del sacerdote.
Otro grupo de más de 100 personas esperaron cerca del puente que une a San Luis La Loma y San Luis San Pedro, en ese municipio, quienes también frenaron el camino de la carroza.
Ahí hubo más llanto; sus amigos, vecinos y familiares colocaron en las casas y árboles adornos de papel y flores, como un acto de recibimiento para celebrar el último adiós.
Sus allegados aseguraron que siempre fue una persona de trato amable y cercano a la gente de los dos “San Luises”, y aunque no se hizo cargo de la Iglesia del lugar, siempre participaba en los eventos religiosos.
Posteriormente, la carroza tomó la carretera federal rumbo a su lugar de origen en San Luis la Loma, donde los vecinos acompañaron los restos, en caravana, hasta la iglesia de San Luis Rey de Francia.
Ahí sería velado unas horas y posteriormente en el domicilio paterno, para ser sepultarlo la mañana de este miércoles en el panteón de la misma localidad. (Con información de API)