Baldemar Gómez

 

“En Guerrero se vive un incremento de violencia en el contexto del crimen organizado, el cual está alcanzando también a los periodistas”, dijo David Peña, del Grupo de Acción por los Derechos Humanos y la Justicia Social de la Ciudad de México.

Entrevistado vía telefónica, informó que actualmente realiza una investigación en coordinación con el Sindicato Nacional de Redactores de la Prensa (SNRP) delegación XVII, que preside Eric Chavelas Hernández y al respecto señaló que el objetivo de esta violencia, es para inhibir la libertad de expresión “para restringirla”, hacia algunos medios de comunicación, y hacia los periodistas guerrerense.

Insistió en que lo que ha habido son casos generalizados de intimidación, detenciones arbitrarias, amenazas sicológicas, por parte de servidores públicos “algunos te dicen ándate con cuidado. Cuidadito con lo que publicas, que no son agresiones, sino más bien son actos de intimidación, y de inhibición en el ejercicio de la libertad de expresión”.

Expuso en este mismo diagnóstico, que estará listo a fines de año, que es importante analizar que la violencia en contra de los periodistas, ha provocado un clima de inseguridad generalizado, “una especie de síndrome de estrés postraumático entre quienes ejercen el periodismo”.

Esta situación no es individualizada -dijo- “sino en un contexto muy general”, y manifestó que de acuerdo a los registros que tienen, a lo largo de los dos últimos dos años “en esta administración se ha aumentado este tipo de agresiones, y este tipo de agresión contra los periodistas, aunque años anteriores ha habido mayor índice de asesinatos de periodistas en el estado de Guerrero”.

Manifestó que ahora se está registrando un fenómeno que genera mucho más la inhibición en el ejercicio de la libertad de expresión, “antes se daba un caso, pero ahora se dan casos como el secuestro de Leodegario, desde hace muchos años, que son emblemáticos; de periodistas que se les agredía y se les asesinaba”.

“El problema es que hoy los periodistas se enteran de una agresión, mañana de una amenaza, pasado mañana de un periodista amenazado por un servidor público, que ha generado un estrés colectivo en el gremio, y eso hay que denunciarlo”.

Por último, recalcó que no se puede trabajar en función de comunicar, “pensando que en lo que voy a publicar, a quien le va a afectar, o pensar que este presidente municipal se relaciona con algún cártel, quien lo financió, o de qué partido es”, ya que se están dedicando a cuidar la información en lugar de publicarla, “eso genera riesgos, inhibe el ejercicio de la libertad de expresión, y te convierte en una víctima de esta situación de violencia que prevalece en Guerrero”, concluyó. ANG