* Durante el sismo de jueves, las viviendas entregadas a damnificados por las lluvias registradas hace 4 años mostraron se mecían “como hojas de papel”, denuncias sus moradores  

 

Más allá de haber obtenido estabilidad patrimonial y un lugar seguro para vivir, los damnificados por el embate de las tormentas ‘Manuel’ e ‘Ingrid’, en 2013, las familias que fueron reubicadas en el Fraccionamiento El Mirador, al sur de Chilpancingo, dicen haber caído en una trampa mortal.

Después del sismo de 8.2 grados en la escala de Richter que se registró el jueves por la noche, las viviendas que hace dos años les fueron entregadas por la Secretaría de Desarrollo Agrario Territorial y Urbano dejaron al descubierto que no representan ninguna seguridad para sus familias.

Durante el terremoto, los edificios en su mayoría de tres y dos niveles, tuvieron un movimiento inusual, por lo que tuvieron que evacuar de inmediato, a pesar de que a esa hora también caía una fuerte lluvia en la ciudad.

Las familias enteras pasaron varias horas fuera de sus hogares bajo la lluvia ante el temor de que se volviera a repetir el temblor, pues las casas “parecían hojas de papel”, dijo uno de los habitantes de este fraccionamiento construido por el gobierno federal.

En un recorrido que realizamos por las viviendas entregadas hace más de dos años a los damnificados, constatamos que presentan nuevos agrietamientos, en paredes y techos, que a decir de sus ocupantes se produjeron a raíz del sismo registrado la noche del jueves.

Armelio Rodríguez Rivera, uno de los que fueron en teoría beneficiados por viviendas construidas por la empresa Casaflex, con bloques prefabricados que fueron traídos desde la Ciudad de México y colocados en el predio, dijo sentirse totalmente inseguro en esta casa e incluso teme por la vida de su familia.

Junto con sus cuatro hijos y su esposa vivían en una casa de madera en la colonia María Dolores cuando ocurrió la tragedia ocasionada por las lluvias que arrasaron con su patrimonio.

Unos días después de los fatídicos 13, 14 y 15 de septiembre de 2013, el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, anunció el Plan Nuevo Guerrero, lo que para ellos, dijo, representó una nueva oportunidad de tener viviendas dignas en un fraccionamiento integral.

En el fraccionamiento El Mirador, donde actualmente se encuentran poco más de 500 viviendas, estaba contemplado en el proyecto original la edificación de mil 200 casas para damnificados de los fenómenos meteorológicos, incluidas, escuelas, centro de salud, parque y servicios de agua potable, drenaje, electricidad y otros.

La realidad es que el proyecto no se concretó ni en un 50 por ciento. Cincuenta y seis viviendas incluso deben ser demolidas porque presentan graves daños estructurales, que ponen en riesgo otras manzanas del fraccionamiento, situación que ha reconocido la Sedatu.

Actualmente El Mirador no cuenta con accesos desde la autopista, por lo que sus habitantes ingresan por una brecha de terracería improvisada, lo que complica el transporte y el resto de las actividades cotidianas de las familias, pues el puente sobre la autopista estaba proyectado entregarse antes de la mitad de este año y no se logró.

No cuentan con agua potable, un tanque de almacenamiento construido en la parte alta no ha sido puesto en funcionamiento por las autoridades municipales, por lo que los colonos deben gastar alrededor de mil 500 pesos mensuales, en compra de pipas, para apenas llenar sus tinacos.

Rodríguez Rivera, albañil de oficio, sabe de construcción, quizá no de ingeniería, pero asegura que esas viviendas no van a resistir muchos años, y muestra como el sismo de la noche anterior abrió nuevas grietas que se van a traducir en nuevas filtraciones de agua, al grado de hacer inhabitables los departamentos.

Junto con sus vecinos coincidió en que “El Plan Nuevo Guerrero” fue un engaño para ellos, y asegura que el fraccionamiento donde fueron reubicados es una trampa mortal para las familias que viven ahí, pues no les ofrecen ningún tipo de seguridad ante fenómenos, como el reciente terremoto. (Agencia Periodística de Investigación)