SADYHEL ASTUDILLO

 

Aprovecho este valioso espacio que me brindan cada semana para mandar felicitaciones de manera anticipada a mi hermana Aline que esta semana próxima festejará su cumpleaños. Recibe un fuerte abrazo, mis mejores deseos y mi afecto permanente, que cumplas muchos, muchos años más.

 

Quizá el título de esta semana no suene muy lógico, si le tuviéramos miedo a lo básico no podríamos hacer muchas cosas. No sabríamos cocinar, jugar deportes, estudiar, manejar y una infinidad de etcétera. Sin embargo, si existe un temor a algo realmente básico y este es más frecuente en México, en algunos casos es miedo, en otros repulsión y quizá también, malas experiencias… es pues un hecho que por lo menos un integrante de cada familia mexicana, detesta las matemáticas.

Integrales, derivadas, exponenciales, teoremas, ecuaciones, son palabras que muchos no quieren escuchar nunca en su día a día y por regular cada problema matemático que se les presente lo resuelven con la tan amada “regla de tres”. Esta famosa regla, así como todos los cálculos que conocemos para sacar promedios, áreas, escalas etc., no existen solo porque sí, tiene un fundamento y explicación, pero como conlleva saber matemáticas, muchos los pasan de largo.

Si bien es cierto que, desde que el niño se encuentra cursando la primaria hasta el adulto mayor que está jubilado, cuentan con un celular lo mínimamente sencillo como para que tenga integrada una calculadora, entonces ¿Cuál problema? ¿Para que aprenderse reglas y operaciones si la calculadora lo resuelve mucho más rápido que nosotros y siempre tenemos una a la mano?

Siguiendo ese razonamiento podríamos decir entonces que, para que aprender a leer y escribir si ya lo celulares tienen dictado por voz, así como aplicaciones para que nos dicten explicaciones, también están los audiolibros y los emojis y memes para evitar escribir y expresar todo con imágenes. Bien, esos son simples pretextos para incrementar la pereza mental, de hecho, por estas “facilidades” es que mucha gente tiene una pésima ortografía y dicción o está encamino a empeorarla (triste ya que nuestro idioma es muy variado y bonito, existen tantas emociones que se pueden expresar con una sola palabra).

Entonces, no importa si nuestros más modernos equipos le podemos dictar las operaciones y este nos responde en un tiempo record la respuesta. No importa que ya no se escriban cartas a mano ni que los audiolibros comiencen a venderse más. Por simple cultura y para aprender lo mínimo necesario para poder seguir estudiando, debemos de aprender a leer y escribir correctamente, así como saber manejar las matemáticas.

Tengamos presente que las matemáticas, más allá de ser simples operaciones, tienen aplicación en cada ámbito de nuestra vida. Cuando vamos a la tienda de la esquina y necesitamos calcular nuestro cambio, cuando calculamos a qué hora nos toca nuestro medicamento, al medir el tiempo en el que llegamos al trabajo, etc. Aún más importante es llevar estos ejemplos a nuestras labores profesionales, seamos ingenieros, químicos, maestros, repartidores, no importa la profesión, las matemáticas siempre estarán ahí y debemos de saber manejarlas si o sí.

 

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