* Sobre la destrucción de sembradíos de amapola, advierte que sólo se provoca más hambre entre las familias de campesinos y eso derivará en conflictos sociales

 

Redacción  

 

Los elementos del Ejército Mexicano deberían estar en los cuarteles, no cuidando a las personas en los pueblos y colonias, aseguró el obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza.

Dijo que él no está de acuerdo en que los soldados estén en las calles porque ellos deben para custodiar el territorio nacional, y no darles tareas de policía, porque se corre el peligro de que el país se militarice.

Entrevistado por la agencia API en Chilapa después de la misa de la una de la tarde en la catedral de esa ciudad, Rangel Mendoza pidió a los gobernadores que vayan asumiendo su responsabilidad y sean los encargados del orden de cada municipio y de cada estado.

Y es que consideró que no se quiere dar al Ejército poderes civiles, “porque ellos tienen bien su objetivo, los soldados tienen que regresar a los cuarteles y los gobernantes se tienen que hacer responsables de la seguridad” del país, apuntó.

“Esto es matemático, porque en la medida que sigan las fuerzas federales, el Ejército y Marina en las calles, es la irresponsabilidad de los gobernantes, sobre todo a los gobernadores, porque no es del Ejército y de la Marina”, abundó.

Aceptó que el gobernador Héctor Astudillo ya recibió un estado destrozado y no se puede componer todo en dos años, “porque hay mucha corrupción, impunidad, pero sobre todo muchos compromisos”,  y “simplemente yo hago mis buenos deseos para que se traten de corregir las cosas en el estado”.

El obispo Rangel Mendoza, quien se ha caracterizado por sus controversiales declaraciones, reconoció que desgraciadamente en estos tiempos han aumentado los asesinatos, los secuestros, las extorsiones y que por ello se debe repensar la manera de actuar, porque últimamente se ha estado atacando sólo los sembradíos de droga.

Dijo estar de acuerdo con estas acciones del Ejército, pero aclaró que con ello les quitan el recurso a quienes siembra amapola, pero que tienen la necesidad de alimentar a sus familias, en referencia a los campesinos.

“Yo siempre he dicho que tiene que haber algo alternativo que se les dé a estas gentes porque vamos a empobrecer más al Estado, les vamos a quitar su manera de vivir, se van a crear serios conflictos sociales porque el hambre es la madre de todas las guerras”, concluyó el obispo. (Con información de API)