* El alcalde aseguró que grupos delictivos que operan en otros municipios vienen a la capital del estado a arrojar a sus víctimas porque tiene mayor impacto mediático

 

* Rechazó la propuesta de que empresarios se armen para enfrentar a los delincuentes, porque sería “un mal mayor”

 

Redacción

 

Grupos de la delincuencia organizada que operan en Tixtla, Chilapa, Mochitlán y Quechultenango han convertido a la capital del estado en un tiradero de cadáveres, admitió ayer el presidente municipal de Chilpancingo, Marco Antonio Leyva Mena, al referirse a la ola de ejecuciones que se registran de manera recurrente en algunos sitios de la ciudad.

En declaraciones que hizo para referirse a la aparición de los cuerpos sin vida de dos personas en la lateral del bulevar Vicente Guerrero, al sur de Chilpancingo, donde se ha vuelto frecuente que dejen incluso personas desmembradas, el primer edil capitalino aseguró que al menos el 70 por ciento de las víctimas estaban avecindadas en otros municipios cercanos a la capital.

Señaló que trabajan en coordinación con la Fiscalía General del Estado para la identificación de las personas que aparecen ejecutadas en la capital, donde se ha confirmado este fenómeno.

“Estamos hablando de una organización criminal, estamos hablando de personas que no son improvisados en este tema, saben perfectamente dónde están los retenes, saben por el halconeo que tienen, donde andan las camionetas (de policías) y como se mueven por la ciudad”, señaló.

Leyva Mena atribuyó estos hechos a una serie de mensajes que se envían los grupos criminales y utilizan Chilpancingo como tiradero de sus víctimas, debido a su importancia política, económica y geográfica, a fin de que sus acciones tengan impacto mediático.

El lunes pasado el cuerpo sin vida de un hombre que estaba envuelto en bolsas de plástico fue dejado en una calle de la Colonia Progreso de esta capital, el cual ya fue identificado por sus familiares y era originario de Chilapa, expuso el secretario de Seguridad Pública de Chilpancingo, Esteban Espinoza Montoya.

Durante el mes de febrero, al menos ocho personas desmembradas fueron tiradas en esta misma zona de la ciudad, envueltas en bolsas de plástico negras en tan solo una semana, a pesar de operativos de vigilancia y filtros en las entradas y salidas de Chilpancingo.

El pasado 16 de enero fueron dejados los cuerpos desmembrados de seis personas dentro de una camioneta en la colonia Progreso, cerca de la 35 Zona Militar y el Noveno Batallón de Ingenieros de combate del Ejército Mexicano en Chilpancingo, siendo hasta ahora el hecho más sangriento de este 2017 en la capital del estado.

 

Rechazo a que empresarios se armen

 

Por otra parte, Leyva Mena criticó la declaración del dirigente de

la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) en Chilpancingo, Adrián Alarcón Ríos, en el sentido de que los empresarios de la capital se están armando de manera clandestina para enfrentar a la delincuencia, debido al abandono de las autoridades en materia de seguridad.

El alcalde calificó lo dicho por el dirigente empresarial como “declaraciones espectaculares”, además que expresó su desacuerdo con esa posibilidad porque “significa que mucha gente puede ocasionar un mal mayor al tener sus manos un arma”.

Dijo que con sus declaraciones, Alarcón Ríos estaría incitando al caos en un tema tan importante como lo es la seguridad, porque “no es sensato ni maduro en un dirigente empresarial hacer este tipo de invitaciones a la gente”.

Cuestionó qué haría Alarcón Ríos cuando alguien utilice un arma con los permisos correspondientes “y le haya dado muerte a una persona; yo quiero preguntarle al dirigente de Coparmex si él va a ser responsable”. (Con información de agencias)