“Pejerredismo” viento en popa

 

Felipe Victoria

 

Josefina Vázquez Mota, utilizada de parapeto en la farsa electoral del 2012, concertada para que el PAN le devolviera la “pernoctancia” en Los Pinos al PRI, debutó como candidata a la gubernatura del Estado de México, propiedad del aristocrático Grupo Atlacomulco, que batalló muchos años para poder imponer un presidente.

Desde Adolfo López Mateos, oriundo de Atizapán de Zaragoza, los discípulos de Isidro Fabela no vieron la suya con Don Alfredo del Mazo senior ni con su hijo, ni con Carlos Hank González.

Cuando Miguel de Lamadrid, en 1987, pensaba heredarle el trono al “hermano que no tuvo” (Del Mazo II), o al jurista Sergio García Ramírez, se le atravesaron los banqueros con Carlos Abedrop Dávila, compadrito de Raúl Salinas Lozano, y encajaron en la candidatura al brillante economista Carlos Salinas de Gortari, que desde entonces ha sido el hombre más poderoso desde la tramoya oscurita.

Muchos perdieron la apuesta en el sentido de que Luis Videgaray Caso sería el candidato para suceder a Eruviel Ávila; ganó el nepotismo caprichoso de imponer al primo del presidente.

En el estado de México no hay suficientes simpatías por el PAN, pero creció el hartazgo hacia los traspiés priístas en su retorno y ganó terreno el “pejerredismo”, pues los simpatizantes del sol azteca siguen venerando a López Obrador, que de mentiritas dejó el PRD para dedicarle tiempo completo a su apetitosa MORENA.

El éxodo o estampida de perredistas hacia el nuevo partido propiedad de AMLO es un secreto a voces, así que Josefina Vázquez Mota contra quien competirá de veras es contra la mujer candidateada por MORENA, que va con todo para evitar que Del Mazo III se posesione de Toluca y anexas, cuestión de que depende que el PRI no pierda México de nuevo en 2018.

En el ambiente mexiquense flotan las ñáñaras de que Enrique Peña Nieto se haya equivocado al darle la candidatura a su querido primo Del Mazo Maza, pero así es en las “familias reales”. ¿No acaso Arturo Montiel Rojas se la dejó al sobrino Quique?

Difícil de digerir que en pleno Siglo XXI sigamos como en la época medieval europea, cuando los señores feudales y las monarquías se repartían el pastel emparentando entre dinastías; pero más difícil de comprender es que el no mexiquense Salinas de Gortari, sea quien maneja los hilos actualmente en México, después de tantos escándalos de su estirpe que pareciera borgiana por aquello de mandarse asesinar entre parientes políticos, como ocurriera con José Francisco Ruiz Massieu, en 1994.

Indignado el hijo de Luis Donaldo Colosio dice que si su padre estuviera vivo, se moriría del coraje de ver al nuevo y transformado PRI, en vísperas del fracaso anunciado para 2018.

Pero en el fondo, a los fundamentalistas priístas no les preocupa grandemente el futuro de AMLO, pues sus raíces profundas siguen siendo tricolores; no en vano cuando por designios de Hank González no quisieron darle la candidatura por Tabasco al Peje, su rebelión contra el PRI fue financiada de trasmano por Salinas mediante Camacho Solís y Marcelo Ebrard.

Pero si nos vamos hacia atrás, Porfirio Muñoz Ledo y Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano también fueron tránsfugas del PRI con su corriente democratizadora, que gestó y parió al PRD, del que después se adueñó López Obrador, pero le salieron codiciosos “los Chuchos” y por eso los dejó, en apariencia.

Furioso por su derrota en 2006, AMLO creó una asociación diferente en 2011, pero Felipe Calderón no le permitió el registro y contra lo que se esperaba, Peña Nieto si se lo autorizó el 9 de julio de 2014, creyendo que fracasaría, pero la MORENA se les fue poniendo más buena, grande y fuerte, en tanto las tribus y corrientes perredistas se desmoronan y los que saltan del barco en naufragio optan por “amorenarse” para 2018.

Dura y pelona la tiene Alfredo del Mazo Maza para conservar la corona mexiquense compitiendo con mujeres peligrosas: la del PAN y la de López Obrador, Delfina Gómez Álvarez, con aroma de “Juanita” por aquello de posibles sustituciones de última hora como en la delegación defeña de Iztapalapa ocurriera hace tiempo, cuando Marcelo Ebrard reinaba en el DF.

Para el Peje ganar el Estado de México es prácticamente su pase a Los Pinos; para el PRI, que les gane Delfina Gómez con el MORENA es el último salvavidas de la nave “Pritanic” en hundimiento inminente.

Vaya entonces que Alfredito del Mazo Maza se enfrentará electoralmente a dos mujeres peligrosas: Josefina y Delfina, coucheadas por Calderón y AMLO, y ya no será cuestión de quien tenga más saliva para tragar pinole, ni recursos para comprar votos o habilidad en alquimia electoral, sino tal vez por primera ocasión del sufragio efectivo.

Lo que candidatos en campaña regalen es bien recibido por el electorado, que ya aprendió que ante las urnas sí puede votar por quien quiera cada quien, eludiendo controles de líderes, así que quizá veremos de qué cuero salen más correas.

Si el priísmo pierde el control político del Estado de México quedará débil para atajar y contener el pejerredismo para 2018. Ya se notó que por si las dudas hasta reaparecieron en el PRI premiando a Manlio Fabio Beltrones Rivera como si fuera el gran “tapado”.