Un pueblo culto es
un pueblo libre,
dijo José Martí.
Alejandro Mendoza
Y en esencia la cultura tiene más fuerza y vigor que las ideologías políticas. En realidad, no importa quien ocupe el lugar de poder. Los políticos vienen y van, los gobiernos ascienden y luego caen, pero la cultura permanece.
Incluso, la cultura es más poderosa que la religión. Uno de las grandes desafíos de la sociedad es avanzar hacia el escenario de una sociedad con cultura, echando afuera la ignorancia, pues es evidente que el pueblo se hunde, se empobrece, se muere, por falta de conocimiento.
Nos hallamos en una batalla sangrienta que tiene como objetivo obtener el control de la cultura en el mundo. Por ello, podemos ver el papel sobresaliente de los modelos educativos que sirven de control del pensamiento de las masas en muchos países, incluido el nuestro.
Además el rol que han jugado muchos medios de comunicación masivos, han impuesto una cultura de control de las masas a través del enajenamiento del pensamiento popular, alejada de una verdadera cultura de reflexión, análisis y objetividad de la realidad que vivimos.
La cultura en nuestro país, depende de los intereses de los gobiernos y políticos. Les conviene una población que no piense, ni razone. Mucho menos que sea culta. Es motivo en gran medida de la ignorancia, pobreza y marginación de muchas familias.
La cultura es la manifestación del pensamiento colectivo de un pueblo. Hoy, por ejemplo, podemos ver el interés oscuro de destacar contenidos de telenovelas y programas televisivos que hacen apología de la narcocultura, la sexualidad, el poder, la riqueza y la corrupción.
Podemos afirmar que quien controla las mentes de las personas, crea y controla la cultura. Nuestro país, nuestro estado, nuestra ciudad, son rehenes de este modelo cultural.
Es cierto también que la cultura es el resultado de la ley; por lo tanto, la manera más eficaz de cambiar una cultura es controlar sus leyes, porque todo aquello que tome fuerza de ley se convertirá en un estado normal para la mayoría de los ciudadanos, independientemente de cuál haya sido su postura ideológica al comienzo de un conflicto.
Todo esto es parte del proceso, por medio del cual, se controla la mente de los ciudadanos. Es mejor que no piensen, así no exigen ni se dan cuenta de lo que ocurre y ni conocen la verdad.
Cada ciudad tiene su propia cultura y cada nación también. Cualquier persona puede identificar nuestra cultura mediante nuestra apariencia, nuestra forma de hablar y de comportarnos. Pero en esencia la cultura trae consigo la posibilidad de una verdadera libertad de los ciudadanos respecto a gobiernos malos, opresores y autoritarios.
Ahora bien, nuestro estado, por décadas ha sido una entidad rezagada en el tema educativo. Los índices de analfabetismo son insultantes. Y aunque irónicamente ha sido un estado que le ha aportado mucho a la Patria en sus luchas por la Independencia y la Revolución, ha quedado anclado a una cultura de gobierno que empobrece, margina y abusa de sus ciudadanos.
Por eso todo radica en la cultura que tenga un pueblo. De eso depende que el verdadero progreso y desarrollo sean una realidad, no de los gobiernos y los políticos. De eso depende que se gobierne en beneficio de todos, no de los gobiernos y los políticos. De eso depende que haya principios y valores que dignifiquen la vida de las personas, no de los gobiernos y los políticos.
La cultura, entendida ésta, no sólo como las tradiciones y fiestas de un pueblo, sino como la suma de pensamientos, ideas y acciones que dan identidad a una persona, debe reflejar el grado de conocimiento, no sólo académico, sino del entorno local y global que le ha tocado vivir. A partir de esto, se puede considerar realmente la transformación de una ciudad por parte de un gobernante.
Pero la distorsión de la realidad y el ocultamiento de la verdad, son dos recursos que de manera maquiavélica y persuasiva, utilizan quienes pretenden controlar las mentes de las personas para sus fines personales. Y la ignorancia es su mejor aliada para tal propósito. Y es en este escenario, donde tal mentira, se hace la realidad de todos.
Por eso la cultura es fundamental en el progreso de una sociedad. No hay la menor duda que un pueblo culto siempre será un pueblo libre. La verdad hace libres a las personas y el pueblo perece por falta de conocimiento. La cultura debe guiar al ciudadano a la libertad.
Los errores fueron míos, los aciertos de Dios, sonría, sonría y sea feliz
almepa10@yahoo.com.mx