Donde más duele
Felipe Victoria
Al supremo arquitecto no se le deben pedir explicaciones y al Creador tampoco es bueno reclamarle nada; los imponderables del destino ocurren simple y sencillamente.
En una entidad donde hemos perdido la capacidad de asombro porque morir por angas o por angas es lo cotidiano, pero que sorpresivamente cese la existencia de un joven promisorio, duele a propios y extraños.
Ángel Aguirre Herrera, nacido el 26 de octubre de 1984 en Chilpancingo, llamado a ser miembro de la dinastía política que fundara su padre, fue un chamaco bien educado en familia decente, estudioso y bien preparado profesionalmente en la Universidad Iberoamericana y la Complutense de España, criado en la política, así que sus gustos, aficiones y ambiciones estaban en ese ámbito.
Dos veces diputado, tenía entre sus anhelos ser presidente municipal de Acapulco sin importar su corta edad, con el enorme peso del apellido paterno y su lucha por ser él mismo, no “el hijo de”.
Alguna vez hace muchos lo acompañé en sus incursiones de precampaña por los rumbos de la Colosio, Tres Palos y Llano Largo, su incomodidad era que algunos lo querían de recadero pedigüeño para su progenitor y él les insistía que se llamaba Ángel también, pero Herrera y no Rivero, con planes propios y estilo distinto, rodeado por sus cuates jovencitos.
Más años atrás, cuando Don Ángel debutó como gobernador interino en 1996, “el potrillo”, que así le decíamos algunos, me reclamaba estarle tomando fotos con sus papás y hermanita en el templo de Santa Prisca del platero Taxco de Alarcón; el amigo mandatario entró al quite marcándole al diezañero que no tenía nada de malo y posaron en especial para mí.
Cuando comenzó a incursionar en política las veces que coincidimos en eventos era amable y sencillote, pese a las torpezas de sus manejadores de prensa, algunos imberbes no sabían ni quien era quien en Guerrero.
Como sea siempre estuve pendiente de lo que hacía o dejaba de hacer Angelito Aguirre Herrera, que se quiso lanzar en grande por la Presidencia de Acapulco, pero esos imponderables del destino le cambiaron la situación estratégica a su padre y él pagó algunos platos rotos, resultando beneficiado Evodio Velázquez Aguirre, pues por angas o mangas Rubencito Figueroa Smutny quedó fuera de la contienda también, pero a consecuencia de los pleitos que se trajo en el Congreso con su colega de legislatura Héctor Astudillo Flores.
En fin, el joven Aguirre Herrera fue aprendiendo a hacer política superando retos, la gente no comprende que entre familiares consanguíneos, ascendiente y descendiente, no por compartir apellido son iguales ni los mismos; que se dediquen al mismo “oficio” no es raro ni pecado alguno.
Llego el amor a las puertas del corazón del brioso Angelito y se matrimonió felizmente con Fernanda Garibay, que le dio un hijito varón. Por el reposo político obligado de su padre optó por seguir estudiando y ya andaba en preparativos por lograr candidatura para el 2018 hacia la alcaldía porteña, metiendo en aprietos a más de tres.
Cierto, salirse del PRI, para él también, no fue su mejor elección, pero como quiera creó su corriente dentro del PRD y la fue fortaleciendo, pero la desgracia de ese instituto político ha sido y seguirá siendo la existencia canibalesca de tantas tribus antagónicas e intrigosas que como cangrejos no dejan a ninguno salirse de la olla.
En fin, la vida es caprichosa, pero el destino es cruel. Sólo Dios sabe por qué a tan temprana edad y con gran futuro por delante, se lo llevó.
Acompaño en su dolor a su linda esposa Fernanda, a su hijito bebé y sobre todo a Don Ángel Aguirre Rivero y a Doña Laura del Rocío, que jamás imaginaron que tuvieran que pasar por lo que están pasando, ojalá encuentren resignación, porque para esas desgracias no hay consuelo ni explicación digerible.
La Maestra Pizarrina se fue a la Ciudad de México para estar en el funeral, así que me traje a las acapulqueñitas chismosas.
-¡Riiing… salinsliiim!
-Comadre Proculina, qué feo amaneció el día ayer en Guerrero.
-No pudo haber sido peor Torturina, toda muerte es irreparable, pero la de un hijo y a esa edad debe ser tremendo.
-Lo entendemos y de alguna manera nos duele que se fuera un joven positivo, nadie se imaginaba cuál era su destino.
-Deja a un lado por favor tu metafísica y ondas esotéricas manita, no hay palabras para consolar a sus papis, su viuda y su hermanita; Angelito les va a hacer mucha falta en esa familia.
-¿Y qué me dices de sus cuates y seguidores?
-Se quedan en una cierta clase de orfandad por haber perdido al líder y guía, a la yumba tantos planes e ilusiones de sopetón, ni modo, que le lloren hasta que se queden sin más lágrimas y traten de honrar su memoria.
-Ay comadrita, perdóname pero quiero decir ¡pinche destino!
-¡Shhh… cábrate cayona!