* Fondo de Apoyo a Periodistas
* Abuchean a Salomón Cruz Gallardo
* El FAP es único a nivel nacional
Jorge VALDEZ REYCEN
Muchos años fue un lugar opaco, vedado al escrutinio popular. El Fondo de Apoyo a Periodistas es un programa noble, bien intencionado, único a nivel nacional que no puede ser dejado a su suerte, ni a los vaivenes de intereses gremiales o de grupos fácticos.
Eso lo sabe el gobernador Héctor Astudillo Flores, quien ha dado una encomienda de alta prioridad a la secretaria de Desarrollo Social, Alicia Zamora Villalba: revivir el FAP, hacerlo funcional y que en verdad ayude a las familias de los periodistas beneficiados.
El creador de esta Ley de Fomento a Periodistas fue el extinto gobernador José Francisco Ruiz Massieu, quien dedicó a los comunicadores esta joya vanguardista de la legislación moderna, como principal legado de su gobierno.
Los periodistas guerrerenses no pueden sujetarse a los beneficios del FAP sin antes cumplir con elementales requisitos que le den viabilidad a las bondades que se reciben, todo en un ámbito institucional de respeto y garantías a la labor informativa, sin menoscabo de su sentido crítico.
La jornada integral de apoyo a periodistas celebrada ayer en la Sala de la República fue de proporciones inéditas. Ningún otro gobernador habría utilizado los recursos estatales para prodigar apoyos a un sector profesional de la información, sin otra intención que no sea beneficiar a sus familias.
Un seguro de vida por 300 mil pesos, gastos médicos y servicios funerarios para familiares de primer grado, apoyo para la maternidad de mujeres periodistas, becas para hijos, son algunos de los beneficios directos que se brindan. No hay ningún otro estado de la República Mexicana que otorgue por ley estos beneficios a los informadores.
De ahí la enorme trascendencia de impacto social que se generó con esta legislación, que es cierto tuvo sus críticas, pero no fueron justificadas ante la realidad imperante: el reportero sigue percibiendo salarios bajos, las empresas periodísticas no han cumplido con otorgar la cobertura del IMSS, ni tampoco se han logrado conquistas laborales como el seguro de vida en una de las profesiones más peligrosas que han dejado cientos de muertes violentas.
El FAP es una realidad para casi medio millar de periodistas guerrerenses.
El color de esa jornada fue el abucheo espontáneo a Salomón Cruz Gallardo, quien ostentó la representación de todas las organizaciones aglutinadas al FAP para emitir un mensaje atropellado, carente de motivación y sí una improvisación a los efectos inmediatistas de quien está visto no goza de ninguna representatividad.
El FAP debe ser visto como un instrumento de bondad y apoyo, nunca como botín. Eso está perfectamente claro.
Astudillo puede estar tranquilo que el FAP está cumpliendo su propósito para el que fue creado por José Francisco Ruiz Massieu.
Entender que los beneficios superan cualquier comparativo que perjudique o atente contra los periodistas, ya es prueba superada. Claro que nada es perfecto, todo es perfectible y en la labor está la mano amiga de un Manuel Añorve Aguayo, en la subsecretaría de Desarrollo Social.
En la introspección del evento, las filas y el inusitado interés de esos centenares de periodistas, la camaradería hizo acto de presencia. Hubo rostros felices y reencuentros cálidos, afectivos. Somos un gremio estoico, unido, festivo, crítico y muy humano.
Nos leemos… SIN MEDIAS TINTAS.