* Los “Reyes Magos” no llegaron a hogares de hijos de desaparecidos, pero hubo quien les diera un regalo o un abrazo

 

Bernardo Torres

 

Para decenas de niños, hijos de personas desaparecidas en Chilpancingo, en su mayoría víctimas de la delincuencia organizada, los Reyes Magos, no llegaron, pero hubo quien les diera un regalo o un abrazo.

El Colectivo Chilpancingo, de Familiares de Personas Desaparecidas, Secuestradas y Asesinadas, realizó un pequeño festejo donde los niños pudieron recibir un obsequio, partieron rosca y jugaron con otros niños, víctimas del fenómeno de la desaparición forzada.

Durante el festejo, varios menores compartieron el sentimiento de no tener a sus papás este “Día de Reyes”, en el cual gran parte de los infantes son agasajados con juguetes, festejos con sus padres y paseos en los parques de la ciudad.

Entre sus deseos, más allá de un juguete, pidieron el regreso de sus padres, que hace años no han llegado a casa, víctimas de un secuestro, un asesinato, o como se dice coloquialmente, fueron “levantados”.

Algunos de los infantes presentes, que acudieron acompañados sólo de sus mamás o abuelas, ni siquiera conocen a sus papás, y claman a las autoridades dar con su paradero.

Los de mayor edad, que se acercan a la adolescencia, no pudieron evitar llorar, al saber que sus padres no están con ellos y que a cada año que pasa, las esperanzas de hallarlos con vida, son muy pocas.

El señor Jesús Castrejón Santana, padre de Moisés Castrejón Serrano, criticó nuevamente que a más de dos años de que su hijo desapareció, no ha obtenido ninguna respuesta por parte de las autoridades, municipales, estatales o federales.

“Al contrario, he pedido informes acerca de las investigaciones y lo único que me dicen es que han pedido informes a las presidencias municipales y no ha habido respuesta”, lamentó.

Los familiares de desaparecidos señalan que por su cuenta han realizado búsquedas en hospitales, cárceles, Semefos y en fosas clandestinas, arriesgando incluso la vida en pueblos de la sierra, donde buscan hallar pistas sobre el paradero de sus hijos.

“He arriesgado todo por mi hijo, he ido a buscarlo a barrancas, a los cerros, a lugares donde tiran cadáveres, hospitales, prisiones, lo que el gobierno no ha hecho por nuestros familiares”, expuso.

Sin dinero, sin información, han hecho su mayor esfuerzo, mientras el gobierno, a pesar de que cuenta con todos los medios, hace oídos sordos a las demandas de los diferentes colectivos.

Sin embargo, acusan, no pasa lo mismo cuando un funcionario, empresario o sus familiares desaparecen “por ellos pagan los millones y al otro, segundo o tercer día aparecen por el dinero, desgraciadamente nosotros no tenemos los recursos para pagar y que nuestros hijos, nuestros hermanos aparezcan como sea”.

Su hijo, Moisés Castrejón Serrano, quien se desempeñaba como agente de Tránsito Municipal, fue “levantado” el 8 de febrero de 2016, en la salida del paso a desnivel, en el centro de Chilpancingo, por un grupo de hombres armados y a más de un año no hay indicios de su paradero.

De acuerdo con testigos, el agente se encontraba en su horario laboral, sobre la avenida Vicente Guerrero, esquina con Galo Soberón y Parra, lo último que supieron es que estaba discutiendo con un grupo de personas, pidió refuerzos a su corporación, pero no llegaron a tiempo.

Minutos más tarde, cuando finalmente acudió la Policía Municipal, sólo encontraron la motocicleta en la que se desplazaba, alrededor de las 13:30 horas.

Víctimas de casos similares, se dieron cita este viernes, para festejarle a los menores, que se encuentran en la orfandad, pero también para elevar su reclamo a los tres niveles de gobierno, para que regresen sus familiares desaparecidos. (API)