* David Jiménez Rumbo… pícaro

* ¿Y la ética política?… ¿Qué es eso?

* Heredero del imperio de Chavarría

 

Jorge VALDEZ REYCEN

 

Es el heredero universal del legado político del malogrado diputado presidente de la Comisión de Gobierno del Congreso del Estado, Armando Chavarría Barrera: el Grupo Guerrero, que era la plataforma para lanzarlo a la gubernatura de Guerrero. Es David Jiménez Rumbo, un diputado federal por Michoacán que quiere ser alcalde de Acapulco.

La más reciente declaración hecha a los medios de comunicación lo pintan de cuerpo entero: “a los delincuentes hay que perseguirlos, detenerlos… o matarlos”.

No hace mucho tiempo, en la calle Quebrada, frente a la escuela primaria “Ignacio M. Altamirano”, protagonizó un sainete, con un fusil AR-15 en las manos, increpando a otro automovilista y provocando pánico entre padres de familia y niños.

Fue el único perredista que acusó directa y formalmente al gobernador en funciones Zeferino Torreblanca Galindo de ser el autor intelectual del homicidio de Chavarría. Ningún otro lo hizo. También enfrentó un juicio civil en su contra por daño moral, cuyo litigio sigue su cauce y no se ve final.

Jiménez Rumbo, del Senado de la República se promovió a secretario de Desarrollo Social del gobierno estatal con Ángel Aguirre Rivero, dejando una estela de mal sabor de boca y varios millones de pesos sin comprobación, a pesar de haber pasado por sus manos recursos destinados al combate a la pobreza. Nada se supo.

Su temperamento hosco, pendenciero, burlón, irreverente, le ha generado animadversiones gratuitas, pero también ha despertado algunas simpatías. Se considera un “duro” del PRD, aunque con rasgos de intolerante, audaz y pícaro.

Su trayectoria en la cosa pública está alejada de los cánones que rigen la ética, buenos modales y comportamiento cordial. ¿Cuál ética?… ¿Qué es eso?

Tras la ejecución de Chavarría, David Jiménez Rumbo se convirtió en el principal operador del grupo político que confeccionó la plataforma electoral que lanzaría a la gubernatura al propio Armando. La usó para sus propios fines, aunque sin brillo. De allí se proyectaron otras figuras perredistas que no tuvieron el nivel y se perdieron en la mediocridad de la burocracia partidista, sin pena ni gloria.

David supo que el PRD en Guerrero estaba fuera de la jugada, luego del Caso Iguala y la salida intempestiva del gobierno de Aguirre Rivero, y con audacia logró colarse en las listas plurinominales por Michoacán. Desde ahí, planeó un regreso a Guerrero con la mira puesta en la presidencia municipal de Acapulco, con el respaldo de ese Grupo Guerrero menguado, alicaído, sin presencia.

La profusa publicidad de su fotografía en espectaculares y camiones urbanos en Acapulco tiene un costo superior a los 2.5 millones de pesos, en cifras conservadoras. Es parte de la inversión mediática que está en curso, pero sin Rumbo.

La ausencia de mecanismos de supervisión, control y sanción por parte del Instituto Nacional Electoral (INE) y del Instituto Electoral para la Participación Ciudadana (IEPC) es usada de manera escandalosa por cuanto advenedizo, truhan o adelantado que quiera desafiar la cordura y el recato. No hay límite a la locura, el egocentrismo y la megalomanía en personajes que asaltaron el oficio de la política, lo pervirtieron y prostituyeron.

La autoridad electoral es alcahueta de todo. Cualquiera puede gastarse los millones de pesos que tenga en promoverse como le dé la gana, pitorrearse de la gente y desafiar a todos. La impudicia no cabe. ¿Nadie se ofende?

De aquella fortuna que había para lanzar a Chavarría “a la grande” nunca se supo dónde quedó… aunque sí hay sospechas, y muchas, en torno a qué bolsillos fueron a parar y a qué cuentas bancarias se depositaron.

Nos leemos… SIN MEDIAS TINTAS.