* Cacería humana contra “Tequileros”
* Fiscal Olea encabeza indagatorias
* Instalan BOM’s en 4 municipios más
Jorge VALDEZ REYCEN
La cacería humana comenzó en la Tierra Caliente contra la célula delictiva que se autonombra “Los Tequileros” y son los autores de tres secuestros colectivos en contra de más de medio centenar de víctimas.
El modus operandi del grupo criminal es aprovechar el factor sorpresa en bodas y eventos sociales concurridos para privar de la libertad en grupo y exigir el pago del rescate a sus familiares.
Se trata de un delito de alto impacto, con una pena de 50 años de prisión, por considerarse grave.
El gobernador Héctor Astudillo Flores instruyó al fiscal General del Estado, Xavier Olea Peláez, encabezar personalmente las diligencias ministeriales y constituirse en el sitio donde se han cometido ilícitos que han generado indignación, terror y hasta el levantamiento en armas de gente desesperada.
Además, como jefe del Grupo de Coordinación Guerrero, Astudillo informó la creación de Bases de Operaciones Mixtas (BOM) en los municipios de Ajuchitlán del Progreso, San Miguel Totolapan, Arcelia y Teloloapan para reforzar la estrategia táctica-militar de tender un cerco hasta ubicar y detener a la banda “Los Tequileros”.
Este grupo –en base a los informes de inteligencia militar y policial del gobierno federal— es una escisión del cártel La Familia Michoacana y le han declarado la guerra a otro grupo antagónico que encabeza “El Pez” o “El Mojarro” Hurtado Olascoaga, operador del grupo Guerreros Unidos en la zona Norte y limítrofe con el Estado de México.
El escenario es complejo, puesto que se trata de lugares que son usados por los grupos delincuenciales en el trasiego de estupefacientes y han derivado en otros ilícitos, como secuestros, extorsiones y homicidios dolosos.
Las BOM están integradas por elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional, Marina Armada de México, Policía Federal, Fuerza Estatal de Seguridad y Policía Investigadora Ministerial. No participan elementos policiacos municipales, salvo que hayan sido certificados.
El fiscal Olea Peláez deberá trazar en su plan de acción dos ejes de operación: lo relacionado con la integración de las carpetas de investigación, declaraciones y testimoniales de las víctimas, recabar evidencias periciales, forenses, pero además, sensibilizar, disuadir, convencer a quienes han decidido tomar las armas para defenderse y eventualmente confrontar a los delincuentes, que existe una autoridad ejerciendo su función legal.
La investigación deberá despejar dudas sobre la participación de la autoridad municipal, ya sea por omisión o por estar vinculada con hechos delictivos. Esto será fundamental para recobrar la confianza social.
Por todo lo anterior, vaya reto enfrenta la FGE y las BOM. Tentar el terreno que pisan será crucial en su encomienda o cacería de delincuentes. Una cosa es verídica: el hartazgo social y la desconfianza es total.
San Miguel Totolapan es paso obligado para subir a la sierra, al igual que Ajuchitlán del Progreso. Arcelia es el centro neurálgico, mientras que Teloloapan es el otro paso obligado para comunicar los municipios de Acapetlahuaya, Ixcapuzalco, Cuetzala del Progreso y Apaxtla de Castrejón, todos son territorios en disputa o “calientes”.
Si no se plantea una estrategia táctica de alto calado, con el uso de toda la tecnología, entonces será inútil y todo esfuerzo será en vano.
Nos leemos… SIN MEDIAS TINTAS.