* El arzobispo de Acapulco pidió a las autoridades ver con “objetividad” la situación relacionada con la inseguridad que prevalece en el estado
ANA LILIA TORRES
ACAPULCO.— El arzobispo de Acapulco, Carlos Garfias Merlos, expresó que ante las circunstancias “abrumadoras” de violencia, inseguridad, pobreza, corrupción e impunidad que enfrenta Guerrero, es necesario que gobierno y ciudadanos asuman su propia responsabilidad y generen condiciones para construir la paz.
“Todos tenemos que ajustarnos al estado de derecho y esforzarnos, poner lo mejor de nuestra parte” para recuperar la tranquilidad, dijo en la conferencia donde anunció su traslado de la Arquidiócesis de Acapulco a la de Morelia, Michoacán.
Garfias Merlos expresó que para superar la realidad que vive la entidad, el llamado “es que todos tenemos que dejar de ser violentos; tenemos que aprender a dialogar y hacer acuerdos”.
En ese sentido, el prelado señaló que el papel que le corresponde realizar a la Iglesia Católica es la evangelización y el acompañamiento espiritual a las víctimas de la violencia, misión que ha estado cumpliendo la Diócesis de Acapulco a través de 30 centros de ayuda en igual cantidad de parroquias.
Reconoció que estos centros no han funcionado al cien por ciento, porque la situación de violencia “es abrumadora” en Acapulco y en Guerrero.
En cuanto a la declaración que hizo el fiscal Xavier Olea Peláez, en el sentido de que son exageradas las protestas de empresarios de Zihuatanejo por la inseguridad, extorsiones y cobros de piso, el clérigo pidió que las autoridades vean la situación de manera más objetiva.
“Yo creo que en la apreciación de la realidad, es ahí en donde debemos de ir haciendo un avance; yo lo acabo de expresar de diferentes formas, cuando se ve una realidad, cada quien la interpreta en la situación en la que se encuentra. La autoridad la ve como un desafío y reto, algo que tiene que contrarrestar el hecho”, expuso.
En cambio “la víctima lo ve del lado de nosotros, el lado de la violación y el delito, lo ven con afectación directa, pero lo más importante es lograr la objetividad en la realidad para irle dando una buena respuesta”, enfatizó.
Estimó que quienes están resultando afectados en los temas de violencia resienten y ven la realidad mucho más grave que el que no la está sufriendo.
Garfias Merlos también se refirió a la visita que hicieron representantes de la Organización de las Naciones Unidas a Chilapa para abordar el tema de los desaparecidos.
Al respecto, monseñor Garfias Merlos consideró que “el tema de los desaparecidos es importante en Guerrero y en México, es un tema que se ha manifestado en los espacios de construcción de paz, tanto en lo relativo a la búsqueda como acompañamiento a los familiares”.
El clérigo señaló que la iglesia ha brindado acompañamiento a los familiares de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa.
Finalmente, planteó que la Diócesis de Morelia, a donde lo trasladan es también un lugar que vive un problema de violencia, por lo que espera que el trabajo que realizó en Acapulco para la construcción de la paz y apoyo a víctimas de inseguridad les sea útil en su nueva encomienda en Morelia.