Las calacas de Posada

 

Por Felipe Victoria Zepeda

 

Cuanto no disfrutaban antaño de las rimas y versos jocosos dedicados a personajes, publicadas en los periódicos de distintas épocas, allá desde mediados del Siglo XIX.

Merecen lugar especial los trabajos del ilustre grabador José Guadalupe Posada en las postrimerías de la dictadura porfiriana, cuando la libertad de prensa estuvo amenazada y ferozmente castigada.

En Wikipedia del Internet señalan que: “José Guadalupe Posada nació en Aguascalientes, el 2 de febrero de 1852 y falleció en la Ciudad de México el 20 de enero de 1913. Fue un grabador, ilustrador y caricaturista Mexicano. Célebre por sus dibujos de escenas costumbristas, folclóricas, de crítica socio-política y por sus ilustraciones de ‘calacas’ o calaveras, entre ellas La Catrina.”

“Pese a su obra variada y popular el grabador no fue tan reconocido como otros artistas contemporáneos. Fue hasta su muerte que comenzó la valoración de su estética como verdadero arte popular, y específicamente gracias al reconocimiento de Diego Rivera, quien le dio gran difusión a su obra”.

“La Catrina originalmente llamada La Calavera Garbancera”

“Las críticas imágenes, evidencia de la desigualdad e injusticia social existente en la sociedad porfiriana, cuestionaban su moralidad y su culto por la modernidad, aunque sus críticas no eran de fondo ya que cuidaba su línea editorial. Describió con originalidad el espíritu del pueblo mexicano desde los asuntos políticos, la vida cotidiana, su terror por el fin de siglo y por el fin del mundo, además de los desastres naturales, las creencias religiosas y la magia. Por su estilo y temática empleados, José Guadalupe Posada, es considerado un artista popular, proveniente del pueblo, que nutrió su obra del imaginario popular mexicano y a quien se dirigió como público”.

“Fue considerado por Diego Rivera como el prototipo del artista del pueblo y su defensor más aguerrido, incluso se autoproclamó como hijo de Posada y de la Catrina en su mural Sueño de una tarde de domingo en la Alameda. También es considerado precursor del movimiento nacionalista mexicano de artes plásticas. Célebre por sus dibujos y grabados sobre la muerte. Apasionado de dibujar caricatura política. Desarrolló nuevas técnicas de impresión. Trabajó y fundó periódicos importantes. Consolidó la fiesta del día de los muertos, por sus interpretaciones de la vida cotidiana y actitudes del mexicano por medio de calaveras actuando como gente común”.

“Durante su trabajo como ilustrador de periódicos, José Guadalupe se reveló pronto como un extraordinario dibujante, muchas veces contrarias a las reglas de la pintura académica mexicana, vigente hasta los primeros años del siglo XX. Sin embargo, sus mejores habilidades estaban en el grabado y sobre todo, en una nueva técnica más burda y vigorosa: la litografía. Posada fue un excelente grabador en metal”.

“Realizó ilustraciones y caricatura política en varias imprentas y algunos periódicos. En su fructífera vida creadora fue perseguido y atacado, debido a que siempre enfatizó su temática haciendo crítica y denuncia de atrocidades e injusticias cometidas por los regímenes que gobernaban el país”.

“Posada es un artista presente en la vida cotidiana de la sociedad. En su obra rescata episodios históricos nacionales relevantes y describe la sociedad mexicana en tiempos de guerra. Su trabajo se propagó rápidamente a través de hojas volantes, multicolores, simples papeles capaces de ser arrastrados por el viento, pero presentes en la vida cotidiana. En La Patria Ilustrada el litógrafo desarrolla una obra costumbrista, es decir, dirigida a la elite, pero que se inscribe dentro de la tradición de la gráfica liberal, nacionalista y progresista. En las ilustraciones que realizó para las imprentas de Vanegas Arroyo y Montes de Oca, conservó el enfoque liberal y costumbrista pero hace una gráfica de carácter netamente cultural. En el Gil Blas Cómico y El Popular, el artista realiza caricaturas que critican abusos e incoherencias del régimen porfirista”.

“Desde el estallido de la Revolución mexicana de 1910 hasta su muerte en el año de 1913, el maestro Posada trabajó incansablemente en la prensa dirigida a los trabajadores. Sus primeros trabajos realizados en talleres e imprentas pequeñas, le brindaron la posibilidad de desarrollar su destreza artística como dibujante, grabador y litógrafo; por esos tiempos, realizó algunas ilustraciones satíricas que aparecieron en la revista El Jicote. Fue crítico del gobierno de Francisco I. Madero y de las campañas realizadas por Emiliano Zapata”.

“Ilustró corridos, historias de crímenes y pasiones, de aparecidos y milagros. Retrató y caricaturizó a todo tipo de personajes: revolucionarios, políticos, fusilados, borrachos, peladitos, bandoleros, catrines, damas elegantes, charros, toreros y obreros. Además ilustró las famosas ‘calaveras’ (versos con alusión a la muerte que se ilustraban con esqueletos vivos personificados) género que Posada desarrolló de manera extraordinaria. Revistió al esqueleto en la calavera: esencia de los pesares y alegrías del pueblo”.

“Gran dibujante, trabajador incansable y un gran técnico del grabado, Posada murió tan pobre como había nacido, el 20 de enero de 1913 en la Ciudad de México”.

Difícilmente algún mexicano de hoy en día no ha visto varias de sus caricaturas y grabados magistrales y geniales. Recordemos en estas fechas al que caricaturizando a la muerte se volvió inmortal universalmente.

Sirva esta colaboración para recordar a José Guadalupe Posada, un artista mexicano singular que trascendió los tiempos, y jamás le pagaron regalías.