REDACCIÓN
El sacerdote Rogerio Vargas Casarrubias afirmó que el grupo de personas que exigen su salida de la iglesia de San Agustín, en Atliaca, municipio de Tixtla, “son una minoría”.
A principios de este mes, el grupo de opositores al párroco entregó un documento al obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, en el que exigen la salida del sacerdote, a quien acusaron de imponer a cinco nuevos mayordomos en un comité religioso, sin respetar los usos y costumbres de la comunidad.
El grupo opositor al sacerdote advirtió que “los problemas continúan y están más fuertes que nunca”, incluso de que podría haber otro enfrentamiento entre feligreses y manifestaron su negativa para entregar las llaves de la capilla al sacerdote.
No obstante, el párroco Rogelio Vargas Casarrubias aclaró que quienes se oponen a él son una minoría, ya que de las 600 personas que asisten a misa dominical, únicamente “cuatro o cinco son las que andan haciendo ruido”.
De acuerdo con el sacerdote, los inconformes “no van a misa ni se acercan a los sacramentos”, pero cuando visitan la iglesia “sólo van a criticar destructivamente”.
“Lo único que pelean es tener en su poder las llaves del templo, entre otras cosas que la comunidad se da cuenta y me abstengo de mencionar. Espero seguir colaborando como mediador para evitar que los hermanos de esta comunidad sufran más daño físico, emocional y espiritual”, explicó en su cuenta de Facebook.
Ante el resurgimiento del conflicto religioso, el sacerdote se encomendó a las oraciones de los feligreses.
Desde hace varios años, la comunidad de Atliaca enfrenta un conflicto religioso entre dos grupos que se disputan el control de la iglesia. Algunos pobladores alegan que los sacerdotes han violentado su cultura, usos y costumbres. En tanto que otro sector de la comunidad ha respaldado el actuar y permanencia de los sacerdotes en la iglesia de San Agustín.