*El gobernador reveló que para lograr la liberación de los espacios públicos ocupados por la CETEG, se negoció que irán a evaluarse los profesores que quieran hacerlo, además que “no hay maestros cesados” por las protestas en contra de la Reforma Educativa
*Por otra parte, dijo que los ciudadanos no pueden seguir siendo rehenes de los conflictos entre los grupos del FUSDEG
Alondra García Lucatero
La Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero desalojó sus plantones en Chilpancingo porque en las negociaciones con las autoridades estatales y federales lograron al menos dos objetivos: el no despido de quienes abandonaron las aulas para luchar en contra de la Reforma Educativa y que la evaluación del magisterio no sea obligatoria, como lo marca precisamente esa reforma.
Lo anterior se desprende de las declaraciones del gobernador Héctor Astudillo Flores, quien dijo que para lograr la liberación del zócalo de Chilpancingo por parte del grupo de la CETEG que lidera Antonia Morales Vélez, se negoció el no despido de profesores que no se evaluaron y que abandonaron las aulas para rechazar la reforma educativa.
“Hay que reconocerlo y decirlo con toda claridad: no hay maestros cesados, eso es muy importante”, dijo el mandatario estatal, quien además reveló que el gobierno federal cambió el carácter obligatorio de la evaluación a los maestros.
“La evaluación, que es un tema central” en el rechazo de los maestros a la Reforma Educativa, “ya no será obligatoria; irá a la evaluación quien quiera. Es un punto central. Entiendo que sigue habiendo mesas en el centro del país sobre estos temas, pero nosotros avanzamos en el tema de recuperar el zócalo, la calle afuera de la Secretaría de Educación y las instalaciones de la SEG”, presumió.
Dijo que en los próximos días el magisterio disidente entregará las oficinas de la Secretaría de Educación Guerrero en Iguala, Costa Grande, Costa Chica y Acapulco.
Astudillo Flores señaló que su gobierno logró acuerdos no sólo con al CETEG, sino también con las otras organizaciones que se instalaron en plantón en el zócalo de Chilpancingo desde hace dos años, después de la desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa ocurrida en Iguala, en septiembre de 2014.
Explicó que el lunes se acordó con los líderes que “habrá una serie de mesas de trabajo con temas que ellos han venido expresando”, por lo que reiteró que van a desalojar el plantón “todos los que están en el zócalo, no solamente el magisterio; son varias organizaciones y nosotros hemos sido muy puntuales en nuestras reuniones con ellos y con nuestra disposición para ayudar, para colaborar”, comentó.
Destacó que para él como gobernador le resulta “muy importante que después de dos años se levante el plantón de la plaza cívica”, pues reconoció que “ha sido un reclamo de todo Chilpancingo el recuperar el zócalo”, y reiteró que esta acción se logró “sin violencia, con diálogo, sin que se trastoque el Estado de derecho y sin presionar a nadie”.
Antes, Astudillo Flores advirtió que “no podemos seguir siendo rehenes de los conflictos entre policías comunitarias”, refiriéndose a los constantes enfrentamientos registrados entre dos grupos paralelos del Frente Unido para la Seguridad y el Desarrollo del Estado de Guerrero (FUSDEG) que operan en el corredor entre Petaquillas y El Ocotito.
Lamentó el reciente asesinato de Julio Alarcón Astudillo, quien fuera transportista y comandante del FUSDEG en Petaquillas, en el estacionamiento del mercado de San Francisco en Chilpancingo.
“Es lamentable la muerte de una persona y se tiene que investigar como se lo hemos pedido al fiscal (Xavier Olea Peláez), pero también debe de acabar tanto conflicto entre grupos comunitarios”, señaló.
También advirtió que la ciudadanía ya no puede ser “rehén” de los conflictos entre el FUSDEG, por lo que las diferentes fracciones de esta organización deberán de sujetarse a la Ley.
“Tienen que recordar que su fundación se dio en un ambiente y propósito noble, ayudarle al pueblo en el tema de la inseguridad, pero ahora la inseguridad la generan ellos”, lamentó.