¿Vacantes para noviembre?
Felipe Victoria
En un reciente evento donde el contralor estatal Mario Ramos del Carmen habló de la transparencia y el Código de Ética ante muchos acarreados obligados a disque escuchar y aplaudir sin entender, el que les espantó el sueño y los bostezos fue el gobernador Héctor Astudillo Flores, cuando anunció que por ahí de quinientos servidores públicos podrían ser cesados, por no cumplir puntualmente con su declaración patrimonial y eso de la “3 de 3”.
A los que les cayó el veinte se les debe haber aflojado la materia intestinal o cuando menos les dieron agruras, saliendo a buscar asesoría de cualquier contador público, al templo a pedir milagros y con la hechicera más cercana a darse una limpia.
Parece que los del equipo de Mario Ramos del Carmen y Efraín Ramos Ramírez resultaron insobornables y no se prestan a simulaciones ni “hacen paros”.
Por supuesto que a muchos de ese medio millar de privilegiados con buena chamba en el gobierno, les resulta prioritario mantener el secreto de su patrimonio y no les gustaría explicar “cómo se hizo de mulas Pedro”, y entonces ni modo, ya recurrirán a varios abogados laboralistas truculentos para entrar al círculo vicioso de quejarse por despidos injustificados para transar con reinstalaciones y cobro de salarios retenidos o indemnizaciones, concepto por el que se adeudan millonadas por laudos contrarios.
Algunos no necesitan demasiado de la chamba porque como comerciantes de algo que en realidad son, tienen de qué mantenerse pero ahí sí deben trabajar, sin prestaciones, vacaciones, aguinaldos “ni buscas”, sin la prepotencia de malos burócratas que ni idea tienen de actuar como servidores públicos y menos de la honrosa medianía que pregonaba Don Benito Pablo Juárez García a mediados del Siglo XIX.
Cuando Astudillo hace un año comenzó a gobernar se los advirtió, pero les entró por un oído y les salió por el otro, al cabo consiguieron la chamba por sus padrinos o recomendaciones, y no por méritos ni aptitud.
A doce meses es de suponerse que las facturas políticas por ayuda en la campaña ya quedaron cubiertas, los que “aprovecharon” avorazándose mejor que se vayan a tiempo, no sea que se las hagan efectiva y que hagan el favor de dejar espacios vacantes para tantos que se conformarían con el sueldo y le echarían ganas.
Pero ahora voy con mi hacha, la espada pende sobre medio millar de individuos que no quisieron transparentar sus patrimonios, ¿pero qué hay de ese único con su camarilla de académicos que esfumó, dijo Héctor Apreza Patrón, miles de millones en tanto solo unos cuantos meses?
Si se la aplican a centenares, mal se vería que dejen seguir impune e inmune a Rogelio Salvador Ortega Martínez, la cuenta regresiva para la Contraloría corre inexorablemente y no se trata de que a la mera hora salgan con cualquier pretexto.
Urge que antes del informe de Héctor Astudillo se dé información amplia, cumplida y bastante del estado que guarda en la Contraloría la investigación por los manejos y supuestos desvíos presupuestales del gobernador interino que soñó ser rector de la UAGro.
En agosto de 2015 el entonces interino solito se puso la soga al cuello denunciando ante el Senado que el daño presupuestal era de 13 mil millones, proponiendo que de una vez asumiera el mando Héctor Astudillo, lo que era legalmente imposible y se tuvo que fletar a terminar el periodo hasta octubre.
Pero fue resultando que de entrada Héctor Apreza Patrón como secretario de Finanzas y Administración, descubrió que en tan solo tres meses, de agosto a octubre, el desfalco subió de 13 mil a 18 mil quinientos millones de pesos bajo la responsabilidad de Rogelio Salvador Ortega Martínez, pero para poder ejercer las acciones correspondientes era menester que la Contraloría estatal lo acreditara contablemente.
¿Un año checando cuentas no es suficiente como para que ya tenga Mario Ramos del Carmen las cosas listas para que el Congreso inicie juicio político y el fiscal general Xavier Olea ejerza la acción penal correspondiente?
Recordemos la guerra que le hizo Zeferino Torreblanca a Aguirre a finales del 2011 para frenar investigaciones contables.
La historia se repite cuando se incurre en errores similares. Rogelio Ortega tiene un costal de mañas para defenderse, no en vano colaboró consintiendo el boicot a las elecciones de junio del año pasado.
-¡Tilín, tilín!- Suena la campanita escolar.
-Maestra Pizarrina, ¿todo listo para el primer informe de gobierno de Héctor Astudillo?
-Supongo que sí, chamacos, pero de parte del magisterio disidente lo que quieren es que se vaya de la Secretaría de Educación González de la Vega Otero, el recomendado de Zeferino Torreblanca.
-¿Qué su bronca no es por la oposición a las evaluaciones y la reforma educativa federal y por la desaparición de los 43, teacher maestra?
-Pretextos sobran chamacos, aquí se trata de que no bloqueen las buenas intenciones del gobernador Astudillo acosándolo desde varios flancos, para que le perdonen los desfalcos al que en mala hora pusieron de interino.
-Ujule profesora, pues si de veras él y su pandilla se transaron por ahí de 5 mil quinientos millones de pesos, les alcanza para muchas maniobras escabrosas o comprar disimulos.
-¡Shhh… cábrense cayones!