* Salvador Rangel, responsable de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, advirtió a sacerdotes que tengan cuidado con quienes se relacionan para evitar crímenes de clérigos como los ocurridos en Michoacán y Veracruz

 

Fernando Hernández

 

El obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, consideró que la inseguridad que se ha desbordado en todo el estado es provocada por “grupos delictivos menores” que se dedican a actividades relacionadas con el secuestro, la extorsión y el cobro de cuotas.

“Hay una delincuencia mayor, yo le llamó una delincuencia vertical, que vamos a decir que son los grandes grupos, que yo creo que esos no se meten con los sacerdotes”, explicó en entrevista en la Curia Diocesana

El prelado reflexionó que en contraparte “hay una delincuencia menor, horizontal, que son grupos totalmente que se dedican al secuestro, se dedican al robo a la extorsión, al cobro del derecho de piso; y esos son para mí los más peligrosos y de los que nos tenemos que cuidar”.

Refirió que aquí es donde “yo he hecho un llamado a las autoridades de los tres niveles de gobierno para que pongan más atención en estos pequeños grupos, que son los más peligrosos”.

“Estos grupúsculos son los que hacen más mal en la sociedad, y los que están afectando a los sacerdotes”, precisó Rangel Mendoza.

El obispo lamentó los asesinatos de tres sacerdotes que han ocurrido en fechas recientes en los estados de Michoacán y Veracruz, y explicó que esos crímenes son producto de la corrupción que permea en las instituciones públicas del país.

“Todo es una consecuencia del deterioro de una sociedad en la que se van perdiendo los valores, donde se le pierde el valor al fundamental que es la vida, pues al perderlo a todo mundo se lo llevan entre las patas”, consideró.

Expresó que los recientes asesinatos de sacerdotes en Veracruz y Michoacán, que “todavía no están claros, el motivo fue el robo, y de ahí mi exhortación es pedirles a los sacerdotes de la Diócesis que extremen precauciones y cuidados, en primer lugar para cuidar con que personas se relacionan, y en segundo lugar que personalmente cuiden sus vidas, cuiden sus casas”, anotó.

Rangel Mendoza repuso enseguida que “nosotros confiamos en la gente, somos gente de buena voluntad y nuestra gran defensa en la misma gente. Por ejemplo ¿Qué hacen los sacerdotes en la sierra o por el rumbo de Colotlipa? Nos confiamos en la gente”

“Yo lo que les digo a los padres, no hablen de más de otras cosas, confiamos en Dios”, insistió.