Sadyhel Astudillo
En anteriores ocasiones se han recomendado algunas películas, ya sea porque están relacionadas con el tema en cuestión o porque estas fueron buenas a mi parecer. Con esto quiero hacer mención de que, el ver películas con regularidad, ya sea en el cine o por medio de algún servicio es un pasatiempo de mi agrado. Por ello, trato de mantenerme al día con respecto a estrenos o eventos especiales.
Recientemente cierta cadena de cines anunció que, durante dos semanas estaría transmitiendo películas francesas relativamente nuevas. Como se imaginarán hice todo lo posible por ir a ver por lo menos las que más llamaron mi atención.
Una de las películas que tuve el agrado de ver fue proyectada bajo el nombre de: “Señor Chocolate”. Sobre esta, rápidamente les puedo mencionar que es una película ampliamente recomendable, basada en una historia real, la cual contó con una excelente actuación de los artistas protagonistas. Si pueden verla de algún modo, les aseguro que les agradará, es una historia sin pretensiones y bastante realista.
Aunado al hecho de que la película es buena, cabe mencionar que, a las películas que pude asistir, las salas estuvieron casi completamente llenas, sin importar que la función fuese en la mañana o por la tarde noche. Es precisamente esa situación lo que atañe a la colaboración de esta semana.
Al ver la demanda que tienen este tipo de actividades –por mínimas que sean- independientemente sin son proyectadas por cortesía del gobierno, o que su exhibición es gratuita, demuestra indudablemente que una buena parte de la población está interesada en conocer un poco más sobre otras culturas. Sin importar que tengan que dejar de realizar algunas de sus actividades diarias por unos momentos o que tengan que pagar por ellas.
Sabemos que el interés por estas actividades esta presente, lo que falta ahora es más organización e incentivos para que este tipo de eventos lleguen a todas partes de la república y no se limiten en este caso a la ciudad de México y la zona conurbada. Pero de igual forma y en manera recíproca, requiere que una buena parte de la población, se dé el tiempo de asistir, disfrutar y conocer un poco más sobre la cultura de otros lugares; cosa que, como en anteriores participaciones se ha mencionada, nunca esta demás y refuerza nuestro acervo cultural.
Sin embargo, y en el particular caso de México, tenemos un cierto “peso” encima de nosotros que, cada vez va influenciando más en nosotros, principalmente en los jóvenes de hoy y me refiero a los Estados Unidos de América (EUA). Esta cercanía además de volvernos socios comerciales y en algunas veces “malos vecinos” también influye en nosotros más de lo que nos damos cuenta.
En el ámbito de la moda, los restaurantes, la música, los servicios, las tendencias, la literatura, el cine, una buena parte de lo que consumimos aquí en México viene directamente de EUA. Las películas que se exhiben en su mayoría son estadounidenses, las cuales a su vez están inspiradas en “best sellers” de ese país. Los mismo ocurre con las cadenas de restaurantes y las modas, no limitándose a la ropa, sino también a los gadgets, los pasatiempos e incluso hoy en día en la manera de actuar y la de expresarse.
El hecho de que los estemos tan cerca de los EUA y mucho de sus productos, servicios y moda lleguen a nosotros no tiene por qué limitarnos nuestra visión y toma de decisiones al momento de elegir algún pasatiempo o un libro para leer. De hecho, no tenemos por qué conformarnos y aceptar lo que ellos mencionen o nos den de información. Que mejor que nosotros mismos informarnos e investigar para tomar la mejor de las decisiones: la que uno mismo se cultiva.
Tengamos presente que por muy mínima que parezca la acción de comprar algo que venga de los EUA, de cierta manera estamos incentivando a que nos manden más. Demos la oportunidad a lo nuestro y después a otras tendencias del resto del mundo para que estas también tengan la posibilidad de llegar a nosotros y tener un abanico más amplio de opciones, lejos de cada vez estar más “americanizados”.