Carlos Alonso
La Constitución General de la República en el artículo 115 le da vida al Municipio Libre.
De esta disposición constitucional, emergen otras leyes complementarias a dicho tema. Bien sabemos, que los municipios para su funcionamiento, es a través de un Ayuntamiento de elección popular directa.
A la cabeza de éste, se encuentra un Presidente y lo acompañan en la responsabilidad síndicos y regidores. Para que los Ayuntamientos, durante su corto periodo de tres años, den buenos resultados a su Municipio, es necesario que el Presidente, Síndicos y Regidores, trabajen intensamente y con armonía, que tengan capacidad administrativa para la eficaz utilización de los recursos materiales, humanos y sobre todo financieros para hacer frente a las múltiples necesidades de sus Municipios.
A estas alturas, cabe hacer la interrogante, de que si valió la pena, dar el voto a tal o cual Presidente Municipal en turno.
De acuerdo a los magros resultados pocos se salvan de refrendarles el voto. Obras concluidas que distingan a alguno de los 81 Presidentes Municipales, ninguna. Acciones negativas que distingan a alcaldes, son varias. Una de ellas, que a todas luces es negativa, es la de que en el seno de los cabildos los actos no los ajustan a la ley y tampoco existe unidad y armonía; cada quien cuida celosamente sus intereses y lo grave es que en más de un Municipio, el alcalde en turno, se ha convertido en dictador y siguen el pensamiento acuñado por el Rey de Francia Luis XIV, de “el Estado soy yo”, que aplicado al caso específico, diría: “El Municipio soy yo”.
Es menester recordar que la denominación de Municipio Libre, no da derecho a los Ayuntamientos a realizar actividades a su libre albedrío. Sus actos, sus acuerdos, sus decisiones, están acuciosamente reguladas por la Ley y Reglamentos, estos no deben violentarse.
Hoy los 81 Ayuntamientos diseminados en el territorio guerrerense, están a tiempo para rectificar los errores cometidos en el primer año de Gobierno Municipal.
Esperamos no se repita, otro caso más de empréstitos millonarios irregulares. Ni un caso más, a donde a los regidores se les reduzca sus salarios arbitrariamente. Ni un caso más, donde a los regidores, se les suspendan los recursos para la gestión, por oponerse a la venta de áreas verdes.
Hoy, la prensa y otros medios de comunicación, informan muy a menudo que síndicos y regidores sufren ataques de alcaldes, que llegaron al cargo sin estar preparados para ello o bien pronto se les subieron los humos a la cabeza.
Ante esta cruda realidad, es fundamental que los síndicos y regidores afectados y no afectados, asuman íntegramente su importantísimo papel que tienen en el Ayuntamiento y en el seno del cabildo.
Es digno el ejemplo de sus pares de los municipios de Apango, Florencio Villareal, de la Montaña alta y Chilpancingo, que han hecho valer acciones legales y de índole político en defensa de su persona y del cargo importante que ostentan.
Manténganse unidos porque la unión hace la fuerza y sean férreos vigilantes de los actos de los alcaldes, para que no abusen.
Ustedes, son los representantes legítimos del pueblo, en el seno del Cabildo. No permitan las imposiciones, defiendan con gallardía y dignidad sus puntos de vista, denle valor a su voto, dejen a un lado los intereses partidistas, no se olviden que igual que a los alcaldes, también se deben al voto popular que el electorado les confirió el pasado 5 de junio del 2015.
Merece recordar en estas líneas, con admiración y respeto a los Regidores del Honorable Ayuntamiento de Chilpancingo, que tomaron posesión el 01 de enero de 1960, que con valentía y aplomo, en aquel entonces, tomaron la determinación de apoyar y sumarse a la huelga general en contra del hoy derrocado gobernador Raúl Caballero Aburto. Ellos fueron Julita Escobar Adame (vive), Gildardo Valenzo Miranda (+), Constantino Flores Peña (+), Carlos Catalán Ruiz (+) y Jaime Castañón Carreón (+).